Segundo caso de indígena fallecida por adicción a solventes

Lo barato de este tipo de drogas, solventes como thinner, Resistol y otro tipo de sustancias, hacen que sean accesibles para grupos vulnerables

Edna Martínez

  · viernes 26 de julio de 2019

Foto: Edna Martínez

Cuauhtémoc, Chih.- El problema de adicción a solventes en comunidad rarámuri es grave, tan solo este mes, han fallecido dos mujeres jóvenes por esta causa.


Lo barato de este tipo de drogas, solventes como thinner, Resistol y otro tipo de sustancias, hacen que sean accesibles para grupos vulnerables, como los indígenas en Cuauhtémoc, que los consiguen hasta por 10 pesos cada dosis, que les es vendida en envases de refresco, bolsas plásticas y que consumen de manera continua durante el día.


Aunque las sustancias químicas encontradas en los inhalantes pueden producir diversos efectos farmacológicos, la mayoría de los inhalantes producen una euforia rápida que se parece a la intoxicación alcohólica, con una excitación inicial, seguida por somnolencia, desinhibición, aturdimiento y agitación. Si se inhala una cantidad suficiente, casi todos los disolventes y gases producen anestesia (pérdida de sensibilidad) y pueden llegar a inducir un estado de inconsciencia.


Foto: Edna Martínez

El pasado 16 de julio se daba cuenta de la muerte de una joven de 20 años, integrante de la comunidad rarámuri, ella falleció en el Hospital Ramírez Topete, en donde se le dio auxilio, pero su estado de salud estaba tan deteriorado, infestada de parásitos, que no sobrevivió.


Era María R. D de 20 años.


Hace unas horas, y con solo 10 días de diferencia, Irene M., también de esta misma comunidad, fallece al ser atendida por la inhalación de solventes.


Al igual que ellas, en Cuauhtémoc es posible observar cómo ha crecido el consumo de este tipo de sustancias, ya que no son de venta restringida, son baratas y fáciles de conseguir, lo que permite que personas muy jóvenes tengan acceso a ellas.


La población rarámuri parece ser la más vulnerable y basta caminar por los parques y calles del centro de la ciudad, para encontrarse a los adictos, algunos muy jóvenes casi niños, respirando de una botella o bolsa, frente a todos, con la mirada perdida, la ropa sucia y en un abandono que finalmente como a María o Irene, los llevará a la muerte.


Te puede interesar:

TEMAS