Sequía deja sin agua potable a Guadalupe y Calvo; sólo tienen siete pipas

"Hay comunidades que no tienen ni siquiera para tomar, donde se abastecen con camionetas", señala el Alcalde

Mariano Rubio | El Sol de Parral

  · martes 25 de mayo de 2021

Foto: Archivo | El Sol de Parral

Guadalupe y Calvo, Chih.- La sequía también ha afectado el servicio de agua potable en el municipio de Guadalupe y Calvo, con tan solo siete pipas para atender a la cabecera municipal estas no pueden acceder a las comunidades donde es más apremiante en algunas ocasiones el vital líquido.

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En las comunidades, existen contenedores de agua potable para uso doméstico, que son llenados paulatinamente, por lo que si se acaba, tienen que esperar a que estos sean llenados nuevamente.

El Presidente Municipal, Ángel de la Rocha, informó que para la cabecera municipal actualmente están trabajando siete pipas, las cuales asegura, no se dan abasto, debido a que diariamente están atendiendo a la ciudadanía que requiere de algún servicio de abastecimiento.

La sequía nos está afectando muchísimo, ahorita hay comunidades que no tienen agua ni para tomar siquiera, con camionetas y con las pipas como quiera ahorita nos estamos abasteciendoexplicó el entrevistado.

Por último, aseveró que se están realizando atenciones en la propia Presidencia Municipal donde acuden los ciudadanos a solicitar el apoyo cuando carecen del vital líquido en sus domicilios.

A pesar de la infraestructura con que cuenta el estado: 12 presas con capacidad de 21 mil 144 millones de metros cúbicos, 11 ríos con una longitud de dos mil 842 kilómetros que se extienden a lo largo y ancho del territorio, además de sus tomas de captación de agua, pozos profundos y plantas de bombeo; la sequía ha provocado problemas de desabasto, sobre todo en su primer usuario que es la actividad agropecuaria y que recibe el 76 % del total de agua.

Aún así, el servicio para uso doméstico se ve en riesgo cada año en comunidades rurales de 10 municipios, al bajar el nivel de las presas hasta un 4.6 %.

El caso más extremo fue en el 2012, cuando Conagua tuvo que restringir el volumen almacenado en las presas para destinarlas exclusivamente al consumo humano, en espera de que las lluvias recargaran los mantos freáticos.

Año tras años, la superficie sembrada en la entidad disminuye como consecuencia de la falta de agua, donde en los municipios de Guachochi, Balleza y Guadalupe y Calvo que producían más de 60 mil hectáreas en una temporada regular, se pasó a cerca de seis mil en las tres localidades, lo que afecta a casi 22 productores, de los cuales, la mayoría son indígenas.