El apartado de información municipal del Censo de Población y Vivienda 2020 del Inegi revela que en Chihuahua capital viven 200 familias que migraron de la zona serrana para mejorar su condición de vida, sin embargo 160 no tienen acceso al servicio de agua potable, mientras que sólo 40 pueden acceder al vital líquido por vivir en granjas o casas en las que trabajan.
Las familias que arriban de municipios serranos se encuentran dispersas en asentamientos y colonias en los que la falta de agua se convierte en el principal problema en temporada de calor, ya que una o dos veces por semana se les lleva el vital líquido por medio de pipas, y a lo mucho logran almacenar 50 litros, según se pudo constatar en un recorrido por colonias ubicadas en la zona de la periferia.
En colonias como la Díaz Ordaz, Ladrilleras Norte y Sur, Vistas Cerro Grande, Riberas de Sacramento y en menor medida en Punta Oriente, los hogares indígenas se componen de al menos cuatro integrantes, por lo que el agua que almacenan resulta insuficiente.
Algunas familias señalan que la Junta Municipal de Agua y Saneamiento sólo les provee entre dos y tres veces por semana, por lo que apenas les alcanza para asearse cada tercer día, en el mejor de los casos; limpiar superficialmente sus pequeñas viviendas y lavar ropa, mientras que beber agua es casi un milagro, ya que tampoco tienen recursos para comprarla embotellada.
Aunque esta situación empeora en temporada de calor, los habitantes de la periferia de la ciudad señalan que en invierno tampoco cuentan con el servicio de manera constante, por lo que de igual manera deben subsistir con la poca agua que almacenan en tambos y cubetas, para cubrir las necesidades de hasta cuatro personas por familia.
Señalaron que aunado a que el agua no les llega a diario, no tienen los recursos para adquirir tinacos o algún sistema de almacenamiento que pueda ayudarlos para almacenar un poco más del vital líquido, mientras que una gran mayoría coincidió en que les surten “a cuentagotas”, y tener tambos o más baldes, es inútil, pues apenas les surten unos cuantos litros por hogar.
Aunque las familias de estos puntos de la ciudad coincidieron en que este año no es distinto a los demás en cuanto a la falta de agua, agregaron que desde el año pasado se encuentran preocupados, pues tienen conocimiento de que para no enfermarse de Covid-19, es importante asear las manos varias veces al día, lo que apenas pueden hacer una o dos veces, pues el agua es escasa y las familias numerosas.
Para los habitantes indígenas que permanecen en la zona serrana la realidad no es distinta. En los municipios de Morelos, Guadalupe y Calvo, Guachochi y Batopilas se encuentra la mayor parte de la población que no tiene acceso al agua entubada, de acuerdo con los registros del Inegi, con fecha del 30 de mayo de 2020.
En Guadalupe y Calvo hay 12 mil 811 viviendas habitadas, y de éstas el 53% no tiene servicio de agua entubada.
En Guachochi, municipio en desarrollo, hay 11 mil 385 viviendas habitadas, y de éstas, el 40% no cuenta con servicio de agua; en Batopilas, 3 mil 017 viviendas ocupadas, un 68% sin agua entubada; por último, en Morelos hay 1 mil 879 viviendas ocupadas, y más del 72% no tiene agua potable.