De acuerdo con datos abiertos del Inegi, en el apartado “Hablando del Agua”, en el estado existen 1 millón 033 mil 216 viviendas particulares, y de éstas, el 32% no cuenta con servicio de agua entubada, lo que significa que 330 mil 629 familias no disponen de dicho servicio básico.
En los municipios de Morelos, Guadalupe y Calvo, Guachochi y Batopilas se encuentra la mayor parte de la población que no tiene acceso al agua entubada, de acuerdo con los registros del Inegi, con fecha del 30 de mayo de 2020.
En Guadalupe y Calvo, hay 12 mil 811 viviendas habitadas, y de éstas, el 53% no tiene servicio de agua entubada.
En Guachochi, municipio en desarrollo, hay 11 mil 385 viviendas habitadas, y de éstas, el 40% no cuenta con servicio de agua; en Batopilas, 3 mil 017 viviendas ocupadas, un 68% sin agua entubada; por último, en Morelos hay 1 mil 879 viviendas ocupadas, y más del 72% no cuenta con agua potable.
El motivo por el que en estos puntos del estado prevalece la falta servicios, es que las comunidades se encuentran muy retiradas entre sí, por lo que los costos de infraestructura son elevados, y por ende los servicios están sumamente limitados.
En Chihuahua capital hay 200 familias de la zona serrana que migraron a la capital del estado durante los últimos dos años, pero el Inegi estima que sólo 60 familias cuentan con los servicios básicos, por vivir en granjas o casas en las que trabajan.
Esta cifra se suma a las más de 2 mil 800 familias que anteriormente arribaron a las zonas urbanas, la mayor parte a Chihuahua y Ciudad Juárez.
Las personas que llegan de municipios serranos a la ciudad se han instalado en asentamientos como Ladrilleras Norte y Sur, Vistas Cerro Grande, Riberas de Sacramento y en menor medida en Punta Oriente.
En el caso de Ladrilleras Norte y Sur y Vistas Cerro Grande, el servicio de agua es llevado por medio de pipas, sin embargo las familias que ocupan estos asentamientos señalan que el vital líquido que reciben no es suficiente, ya que no se les lleva diariamente, pero además no cuentan con espacio para almacenar el agua, y a lo mucho logran almacenar 50 litros.
Algunas familias aseguran que la Junta Municipal de Agua y Saneamiento sólo les provee entre dos y tres veces por semana, por lo que apenas les alcanza para asearse cada tercer día, en el mejor de los casos limpiar superficialmente sus pequeñas viviendas y lavar ropa, mientras que beber agua es casi un milagro, ya que tampoco tienen recursos para comprarla embotellada.
Aunque esta situación empeora en temporada de calor, los habitantes de la periferia de la ciudad mencionan que en invierno tampoco cuentan con el servicio de manera constante, por lo que de igual manera deben subsistir con la poca agua que almacenan en tambos y cubetas, para cubrir las necesidades de hasta cuatro personas por familia.
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