La presa de La Boquilla, también conocida como Lago de El Tigre, ha permanecido resguardada por productores de la zona centro-sur de la República por más de 30 días, luego del enfrentamiento entre civiles y militares.
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Este control se ha logrado mantener gracias a la rotación de trabajadores del campo, quienes después de la pisca son “reclutados” o se ofrecen para las guardias de los puntos que resguardan los agricultores para evitar el control del gobierno federal.
“Nosotros venimos de Estación Consuelo, nos toca resguardar un turno y cuando termina nos regresamos y hacemos un cambio para que venga más gente de otro módulo de riego o de otra región”, explicó uno de los vigilantes de la presa.
Sin embargo, cuando no se encuentran resguardando las instalaciones federales, los trabajadores se ocupan de la pisca de cacahuate en el municipio de Rosales, o del fin de la pisca de nuez en las cercanías de Camargo.
“Ya mero se está acabando la pisca de nuez de los nogales moros o los más ‘corrientones’, por lo que tenemos que empezar a prepararnos para la pisca de la nuez buena”, comentaron los locatarios de la zona.
En la pisca de cacahuate, los jornaleros explican que también están a pocos días de terminar de “levantar” el producto, pues este año a consecuencia de la escasez de lluvias se dio poco producto.
“Normalmente nos estamos entre un día y medio o dos días levantando la cosecha, pero ahora nos estamos aventando un campo de cacahuate en un solo día, pues hay algunos que están muy chicos o que no sirven porque no les llovió bien.
Esta y muchas más situaciones se presentan para los campesinos de los distintos módulos de riego, pues el campo es uno de los sectores en los que el trabajo duro y el uso de capital humano siempre son una necesidad.
“Es importante trabajar en las tierras, pero también es importante defender el agua, porque es lo que nos da para comer, ¿de qué nos sirve tener tierras bien cultivadas y trabajadas, si no va a haber agua para regarlas?”, han explicado los agricultores que permanecen en vigilia en La Boquilla.
Actualmente, la presa mantiene sus compuertas cerradas, pues el ciclo agrícola concluyó al finalizar el mes de septiembre, dejando la estructura al 32% de su capacidad, con un total de 919 mil 452 metros cúbicos de agua.