Crucero tras crucero, los vendedores de juegos pirotécnicos abordan a los automovilistas ofreciéndoles desde palomitas, luces de bengala, chifladores y las conocidas cebollitas desde 10 pesos la pieza; niños, jóvenes y adultos se dan a la tarea de vender todos estos productos, cuya venta se supone debería estar más restringida, debido a que los permisos para su comercialización sólo los expide la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena), por tratarse de productos que contienen pólvora.
En nuestra ciudad sólo existe un local autorizado para venta, el cual está ubicado sobre la carretera a Santa Eulalia, en el municipio de Aquiles Serdán; pero en esta temporada y más acercándose el día último del año, los vendedores de estos productos aparecen en cada esquina, ofreciendo una gran variedad de juegos pirotécnicos a muy bajos precios, los cuales pueden ser comprados por los mismos niños sin ningún tipo de restricción.
Esto representa un gran riesgo, pues muchos son los accidentes que estos mini explosivos pueden ocasionar, pues si no se utilizan o prenden adecuadamente son extremadamente peligrosos, ya que la pirotecnia está formada por dispositivos explosivos que dan origen a flamas y chispas, que con cualquier descuido pueden ocasionar una desgracia.
Y no se diga de los juegos pirotécnicos más elaborados, que contienen una mayor cantidad de pólvora, los cuales posiblemente no estén tan a la vista como los palomitas o los chifladores, pero su adquisición también resulta muy fácil, pues como todo, por vía internet es fácil hacerse de este tipo de “juegos”, sin que nadie regule su venta.