Debido a que no alcanzaron a subirse a alguno de los vagones, alrededor de 30 migrantes centroamericanos se quedaron en la capital para pasar el Año Nuevo, con la esperanza de que en los próximos días del 2024, puedan llegar a su destino en la frontera para comenzar una nueva vida en Estados Unidos.
La nostalgia era palpable en sus rostros, que con profunda tristeza, hablaron sobre cómo tuvieron que pasar estos días de fiestas decembrinas en la estación Tabalaopa, al sur de la ciudad, así como en las colonias de los alrededores, en donde los vecinos les brindan de alimentos, cobijo y electricidad para cargar sus celulares, con lo cual continúan comunicándose con sus seres queridos.
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La mayoría de estos migrantes son de nacionalidad venezolana, hondureña y nicaragüenses, que partieron meses atrás de sus países de origen, huyendo de situaciones tanto económicas como sociales, que con lo largo de los años, les resultó imposible seguir viviendo.
Por lo que tomaron la decisión de migrar a otro país, en donde la economía fuera más estable y tuvieran una oportunidad de vivir durante años antes de pensar en volver a sus tierras, y para ellos, Estados Unidos es el sueño, no sólo por el famoso “sueño americano”, sino porque lo que ganen en dólares, podrán mandarlo a sus familias.
De esta forma, pasaron la noche del 31 de diciembre junto a fogatas hechas con caucho, hierba seca y palos que se encontraban en los alrededores de las instalaciones de Ferromex, donde pasaron la fría noche de Año Nuevo, con alimentos que los chihuahuenses les han llevado durante los últimos días.
Según estos extranjeros, llegaron a la ciudad de Chihuahua el pasado 28 de diciembre, por lo que tienen poco más de tres días en la capital, sobreviviendo a base de las donaciones de los chihuahuenses y el poco dinero que todavía llevan con ellos.
Esta caridad y empatía que han demostrado los mexicanos hacia los migrantes ha sido parte esencial de que estos continúen viviendo para cumplir su travesía, debido a que incluso en las fiestas decembrinas, los chihuahuenses se reunieron para recaudar y llevar donaciones como alimentos, artículos de primera necesidad y de higiene.
Es así como pasaron la Nochevieja, la última noche de 2023 para llegar al siguiente año envueltos en cobijas regaladas, fogatas de combustible pobre y con estómagos en su mayoría vacíos, aferrados en seguir su meta a pesar de las adversidades que ya se ha llevado la vida de decenas de migrantes.
Durante el mes de diciembre se vio a cientos de migrantes ir y venir, varados y avanzando, este fin de semana pasado no fue diferente, muchos de estos extranjeros lograron salir hacia la ciudad fronteriza al norte del estado.
No obstante, esta no es suerte de todos, pues algunos llevan más de tres días en la ciudad, donde no alcanzan a subirse a los vagones y de lograrlo, o son bajados a la fuerza o los dejan varados en la salida de Chihuahua durante horas y días a su suerte.
Pero al igual que en Navidad, los ciudadanos han empatizado con la travesía de los extranjeros y les llevan lo que pueden, desde ropa, cobijas, juguetes, alimento y botas con agua, medicamentos y cualquier otra cosa que necesiten.
Los migrantes agradecen la gentileza y la empatía de los chihuahuenses, pero lo que realmente desean es poder seguir con su camino hacia la frontera entre México y Estados Unidos, para entregarse a los agentes de migración y que les permitan quedarse en ese país.
Muchos de los migrantes que han pasado por la capital, han estado de acuerdo en que la selva del Darién es más sencilla que cruzar que el país de México, debido a las dificultades y los obstáculos que los mismos ciudadanos les imponen sin permitirles continuar con su camino.
Desde robos, extorsiones, secuestros y más tormentos que no los dejan dormir por la noche, esperan que con este nuevo año también venga una mejor y nueva perspectiva que les permita avanzar hasta cumplir su cometido.