Don Montse lleva diligente a su esposa Claudia Margarita, mientras empuja su silla de ruedas por la Avenida Zarco, a la altura de la calle 74, mientras los autos le gritan que se suba a la banqueta, y le suenan el claxon, tratando de avanzar por las calles que no están diseñadas para ese tipo de aparatos y la cultura vial de los automovilistas es poca o casi nula para personas con este tipo de necesidades.
Si te gusta estar informado, suscríbete a nuestro NEWSLETTER y recibe todas las mañanas en tu correo electrónico las noticias más importantes de Chihuahua. Da clic aquí, es gratis
“Venimos por la Avenida Zarco, pero hay carros estacionados en la banqueta, tenemos que bajarnos de la banqueta al pavimento y con el trafico hay mucho peligro. A ver qué podrían hacer, porque se arriesga uno a un golpe, o mi esposa a que me la golpeen. La gente es muy violenta para manejar, no tienen seguridad, no andan precavidos, para respetar de la gente que tiene que bajar de la banqueta”, compartió don Montse, mientras hacía una breve parada –entre las colonias Campesina y Cerro de la Cruz-,en su peregrinar hacia el trabajo de su hija, para conseguir un taco que les mitigue el hambre matutina.
La pareja está formada por Montserrat Rodríguez Torres y su esposa Claudia Margarita Payán Ambriz, en palabras del hombre de 55 años, su esposa está de ruedas, porque de niña su papá le quebró la columna a golpes. Viven un amoroso matrimonio de 27 años, con el fruto de una hija y un nietecito de un año y ocho meses de edad.
Montserrat se dedica a la construcción, sin embargo, la contingencia por el Covid lo ha dejado sin trabajo, por lo que en compañía de su esposa, recorre las calles ofreciendo sus servicios para lavar autos, barrer banquetas o lavar porches, con personas de confianza que ya los conocen y los apoyan. También reciben ayuda de su hija que trabaja en una pollería y les apoya con alimentos y dinero, en la medida de sus posibilidades. Entre otras necesidades, la familia requiere un colchón, porque el que tenían se le salieron unos resortes, y han tenido que dormir en el suelo.
“Ahorita se escaseó el trabajo. Salí a las casas a ver qué lavaba carros, banquetas… para alimentos para nosotros, nomás. Mi hija ya vive en su casa. Hay mucho desempleo, hasta las obras están desocupadas. Sí salen lavaditas de carros, y hasta barrido de banqueta, Es gente que nos ayuda”, compartió.
Don Montse y su esposa Claudia Margarita viven en la Calle Privada de Mina y Calle 68, número 2203, en el Cerro de la Cruz.
Sobre la movilidad para personas con discapacidad, que no cuentan con un vehículo en el que transportarse, refirió que hay poca empatía, y las condiciones de los tramos que deben recorrer son malos, por lo que a veces, aunque no haya carros sobre las banquetas, bajan a la vía vehicular para evitar las grietas e imperfecciones que sería imposible transitar con la silla de ruedas. Claudia es un ejemplo de perseverancia y voluntad al acudir terapias y practicar natación, basquetbol e incluso ping pong, en el Centro de Rehabilitación y Educación Especial del DIF Estatal, en la colonia Santa Rosa, y en otro centro de terapias en la zona de Nombre de Dios.
Te recomendamos el podcast ⬇️
Te puede interesar: