Los feminicidios continúan siendo un flagelo en Chihuahua, en los tres primeros meses del año se han registrado 27 homicidios de mujeres por razones de género. La mayoría de ellos en la impunidad.
De acuerdo con el proyecto de investigación Small Arms Survey, entre los 25 países del mundo con mayores tasas de feminicidios, 14 se encuentran en América Latina, donde México encabeza la lista, Chihuahua entre los estados con altos índices. La violencia contra las mujeres ha ido en aumento, así como la exigencia de colectivos y organizaciones para una investigación real, donde a las mujeres con reporte de desaparición se les localice con vida y no sólo sus restos.
La organización Justicia para Nuestras Hijas ha documentado que en el mes de enero se perpetraron 14 feminicidios, para el mes de febrero fueron 9 y para abril se contabilizaron 4, con base en solicitudes de acceso a la información y con una revisión hemerográfica.
Chihuahua se dio a conocer en el ámbito internacional tras la sentencia de Campo Algodonero. A la fecha los feminicidios siguen ocurriendo, sin embargo, se han optado por no documentarlos, ya que incluso observatorios ciudadanos no los contemplan, aun y cuando la mayoría de los casos están relacionados con otros delitos graves como es la trata de personas y secuestro.
México ha recibido recomendaciones internacionales que continente la exigencia de esclarecer los casos y lograr el acceso a la justicia, así como la puesta en marcha de políticas públicas para combatir, erradicar la violencia contra las mujeres. A pesar de todo los feminicidios continúan. La sentencia del Campo Algodonero sólo se ha cumplido en parte.
Según datos de la ONU, México ocupa el primer lugar en violencia sexual, hay 120 mil violaciones al año, el 44% de las mujeres han sido víctimas de este delito. En la administración anterior la violencia feminicida se disparó en un 245%.
De acuerdo a las estadísticas de JPNH el año con menor incidencia fue 1994, mientras que los años más duros fueron de 2009 a 2015, siendo 2010 el más grave al presentarse 446 feminicidios.
Hay que recordar que hace 19 años, las organizaciones de mujeres de Chihuahua realizaron las primeras marchas coordinadas, ello motivadas por el alto índice de homicidios de mujeres, plantaron 97 cruces en los jardines de la plaza Hidalgo.
Con el fenómeno, se multiplicaron organizaciones, redes y observatorios, las mujeres documentan, exigen, organizan, el activismo encontró conciencia y la consigna “ni una más”, grito que es sinónimo de exigencia y compromiso, nuevamente son las feministas quienes le ponen nombre a la atrocidad.
El caso del Campo Algodonero catapultó a Chihuahua como capital del feminicidio, el gobierno estatal descalificó el trabajo de las organizaciones defensoras, por lo que se colocó La Cruz de Calvos a cargo del Grupo Feminista 8 de Marzo, el diseño corrió a cargo del licenciado Jaime García Chávez, cuya elaboración fue por los trabajadores de la extinta empresa de origen estadounidense Aceros de Chihuahua. La primera cruz fue destruida por empleados al servicio de Patricio Martínez, exgobernador de Chihuahua, pero se construyó una más grande, misma que permanece y es sitio de reunión para exigir justicia, pues además se ha convertido en el símbolo de impunidad.
La cruz ha simbolizado la muerte de mujeres, pues cada clavo representa a una mujer asesinada, en ellos se han colocado los nombres de las víctimas identificadas, otras todavía son desconocidas, siguen siendo un número olvidado en los archivos de Gobierno del Estado.
La cruz permanece para recordarle al Estado que no ha cumplido, que la tierra de Chihuahua se ha regado con sangre inocente de miles de mujeres asesinadas y que a la fecha ninguna autoridad ha podido resolver.
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