Centro recreativo “Las Conchitas”, aún queda de pie su tortuga resbaladero, y sus albercas así como sus muros, pero ya cerrado y deteriorado por el tiempo así como el aumento de delincuencia en la zona, hoy en día llega solo a la melancolía de quienes pasan por la vialidad sacramento y alguna vez asistieron a sus instalaciones, ya sea en familia, con la novia o grupos de amigos que buscaban refrescarse un poco en su alberca, o bien con una heladas, para más tarde echarse una bailada en su salón donde se deleitaban con la música de grupos en vivo.
Este distintivo lugar se ubica a unos 30 metros del cauce del rio Sacramento y cerca del cruce de la avenida Monte Albán, el cual se deteriora por el clima, tiempo y falta de mantenimiento luego de su cierre hace ya varios años debido a que la delincuencia en los alrededores y en el mismo centro rebaso a las autoridades.
El sitio fue muy característico, primero por estar muy cerca a la población principalmente de la zona norte de la ciudad, y a donde desde el jueves de la semana cientos de personas acudían tras salir del trabajo y compartir unas cervezas y por qué no hasta buscar pareja para bailar si no llevaban.
Las Conchitas Carolinas, era visitado por familias enteras, parejas, y grupos de amigos que buscaban pasar un día de campo, pues contaba con juegos para los más pequeños y una alberca que hoy en día se cae a pedazos.
Dentro de sus inspiraciones además de la clásica tiendita donde vendían todo el abarrote necesario y las cervezas y frituras, tenía también dos áreas importantes tipo Drive Inn con techumbres donde la gente podría ir en su auto y comer y beber a bordo.
Aún se encuentra de pie el resbaladero tortuga, los juegos y sobre todo el resbaladero que terminaba en las aguas de la alberca el cual ya por varios años no ha visto la presencia de una persona más que la del cuidador cuando se da la vuelta.
Más hacia el lado norte estaba el restaurante, y salón de baile donde las parejitas ya enfiestadas podrían además de echarse un trago, bailar con los diferentes grupos musicales que se presentaban principalmente el fin de semana.
Un poco más al norte de esta propiedad estaba el terreno al aire libre donde estaba libre de cobro y quien solo quería estar en la arboleda y tomarse unas frías ya sea en grupo o en pareja se estacionaba bajo los árboles u solo entraban a la barra para comprar cerveza.
Toda esa algarabía y oportunidad de esparcimiento para muchos se fue acabando primero con el aumento de delincuencia en los alrededores como asaltos, robos e incluso problemas para cruzar el rio en tiempos de lluvia, la asistencia fue mermando.
Su consumación finalmente se debió a que las autoridades encontraron muy frecuente la venta de alcohol y drogas a menores de edad y fue clausurada en definitiva por las autoridades de gobernación.
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