MEOQUI.- Consternación, dolor, tristeza y tensión prevalecieron ayer en el ambiente social tras conocerse la noticia del secuestro del estudiante Norberto Ronquillo Hernández, originario de esta localidad del centro-sur del estado.
Integrante de una familia conocida por muchos en Meoqui, habitantes de esta cabecera municipal expresaron sentirse preocupados e inquietos por la suerte de Norberto, cuyos padres pagaron un rescate a sus plagiarios para que lo dejaran en libertad, lo que hasta el cierre de esta edición no había ocurrido.
La señora Doris García, quien atiende un restaurante que antaño perteneció a la madre del joven, expresó sentir tristeza e impotencia por el hecho ocurrido en la Ciudad de México, pues ella conoce a Norberto desde la infancia.
“Es un niño bien lindo, muy tranquilo… muy sano”, comentó la mujer, quien años atrás laboró como empleada en el negocio de comida de la señora Norelia Hernández, madre del estudiante, cuya súplica desgarradora a los secuestradores se difundió en redes sociales.
Refirió que los padres del veinteañero son personas sencillas, amables y trabajadoras, que empezaron “de cero” para sostener a sus hijos, dedicados ambos al estudio, por lo que hay consternación en la comunidad meoquense, donde todos se ven como parte de una familia.
Misma opinión externó el encargado de un expendio de cerveza propiedad del padre de Norberto, quien comentó que es un joven serio y tranquilo, pero bastante amigable. Mencionó que incluso clientes de su patrón han expresado sentir pesadumbre por lo ocurrido, ya que es alguien bastante apreciado.
La zozobra pesaba la tarde de ayer en el ánimo de los meoquenses, porque pese al rescate entregado por los padres de Norberto a sus secuestradores no se tenía noticia alguna sobre el paradero del joven, quien fue visto por última vez la noche del martes, cuando salía de la Universidad del Pedregal, en la Ciudad de México.
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