Rita y María habían ofrecido café a sus asesinos, por lo que se movilizaron a la cocina para preparar las tazas, en tanto que Daniel, Ricardo y Daniela se quedaron con uno de sus asesinos en la sala; uno de los tiradores se colocó en la parte de atrás de las mujeres y les empezó a disparar, simultáneamente otro de los involucrados le disparó a Ricardo, quien bajaba las escaleras y luego acribilló al señor Daniel y a Daniela. Tras el multihomicidio la familia, encabezada por el exenfermero, su esposa y su hijo, se fue a cenar tortas en un negocio cercano, relató el ministerio público. Ricardo recibió 7 disparos, Daniela 5, Rita 4, Daniel 2 y María 3, leyó la ministerio público.
Abogados, ministerios públicos y familiares principalmente de las víctimas se presentaron a la sala de audiencia número 7, donde fueron presentados el exenfermero, su esposa e hijo, señalados por la Fiscalía por dar muerte a los cinco miembros de la familia Romero.
La apertura del juicio inició con la intervención del agente del Ministerio Público, quien da lectura a los hechos atribuidos la noche del 29 junio del año pasado, donde los tres imputados ingresaron al domicilio para agredir y dar muerte a los 5 miembros de la familia Romero, a lo cual el juez preguntó si entendían la acusación, y los acusados respondieron afirmativamente.
El ministerio público dio lectura a dos testimonios de vecinos que declararon haber escuchado disparos en el domicilio de la calle Universidad de Nayarit 1714, entre las 19:15 y 21:10 horas del 29 de junio de 2018; en el primer argumento el testigo supuso que eran martillazos y no le prestó importancia; otro vecino declaró oír disparos pero no seguidos, por lo que evitó salir de su casa. Ante esto el juez llamó la atención a la agente de la Fiscalía, pues alegó que dichos testimonios no abonan en la vinculación a proceso solicitada, por lo que le instó a sólo dar lectura a los elementos probatorios.
Jorge C. acudió del 21 al 28 de mayo a tomar signos al señor Daniel Romero y le decía a la familia que no podía darse el trasplante de riñón debido a su alta presión y azúcares, pretexto que era común en Jorge, a quien ya le habían pagado 500 mil pesos. El contacto lo hizo Ricardo, otro de los fallecidos, a quien el exenfermero le había hecho un descuento de $200 mil, pues vendía el órgano en 700 mil pesos. El imputado acudió el día 29 como todos los días de esa semana, pero al empezar los reclamos de la familia decidieron matarlos.
El 7 de junio de 2018 se reunieron Jorge y Lizeth en la casa de Ricardo y María para dialogar. El testigo 1 dijo que él estuvo en la sala cuando Jorge les dijo que era posible el trasplante, además de comentar que tenía en el hospital a dos pacientes en etapa terminal y que no sería problema quitarle un riñón a uno de los dos.
La MP leyó que la ira del imputado se desató cuando la familia pidió la devolución del dinero pagado por el riñón y además Daniela exigía hablar con el nefrólogo. Se supone que horas antes Daniela hizo contacto con el galeno para aclarar qué había pasado con el riñón y éste le dijo que ya se había hecho a otra persona. Esto hizo que Jorge se sintiera acorralado.
Uno o dos imputados usaron la tarjeta de crédito de uno de los fallecidos, de Ricardo, pues se analizaron movimientos bancarios posteriores a su muerte.
Durante las diligencias en la investigación, que llevaron a la detención de los imputados, se analizaron cámaras de vigilancia del Municipio, domicilios y restaurantes, que dan cuenta del movimiento del vehículo Audi A4, propiedad de Jorge C., a las 20:47 horas saliendo del fraccionamiento donde ocurrió la masacre, hora que coincide con la muerte de los Romero.
Minutos después del crimen los tres imputados condujeron a un local de tortas donde cenaron. Se cambiaron de ropa y posteriormente se quedaron de ver con un testigo protegido, quien le pagó 2 mil 500 dólares producto de la venta de una plaza y al momento del entregarle el dinero, Jorge estaba sumamente nervioso.
Las cámaras de seguridad arrojaron información sobre el trayecto de los acusados y señalan que las tres personas acudieron a la casa de la familia Romero Armendáriz en dos ocasiones, una a las 20:33 horas y otra a las 23:30 horas, esto en la calle Universidad Nayarit 9714, del fraccionamiento Residencial Universidad, el 29 de junio de 2018, día del asesinato.
Tanto el hijo de Jorge como su esposa Lizeth coincidieron en declarar que el día de los hechos ellos hicieron dos visitas a la casa de la calle Nayarit, para comentarles que no era posible que Jorge interviniera en acelerar el trámite de trasplante, pero nunca les abrieron.
Según leyó la ministerio público, Lizeth declaró que fue la familia quien le ofreció dinero para que su esposo acelerara los trámites, pero ratificó que nunca obtuvieron respuesta al tocar y se fueron a cenar, y luego a entregar una cartilla de citas a un compañero del exenfermero.
La mujer narró que su esposo es enfermero en la Clínica 58 del IMSS y además tiene una tienda deportiva, y que conoció a Ricardo, uno de los fallecidos, a través de un amigo en común.
Ricardo Chávez y María Romero Arméndariz estaban casados, según Lizeth el primero buscó a Jorge Alberto para ofrecerle dinero para que agilizara el trasplante para su suegro Daniel Gregorio Romero, ya que se encontraba muy abajo en la lista estatal y federal debido a su edad.
La imputada dijo que acompañó dos veces a su marido a la casa de Ricardo y de María, ubicada en el Residencial Universidad. La primera el 27 de junio, para ver cuestiones relacionadas con el trasplante.
Jorge C. fue detenido por otro asesinato, el de la ciudadana Laura Soto, a quien presuntamente dio muerte por no cumplir con ella el cambio de plaza, por el que le había entregado un monto de dinero.
La captura de Lizteh C. y su hijo Jorge se dio la mañana del 4 de junio, al cumplirse casi un año del crimen.
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