“¡Ayuda! ¡Ayuda!” eran los gritos que se alcanzaban a escuchar tras la nube de humo que se alzaba en la zona de las vías férreas a consecuencia de un choque de trenes con descarrilamiento que dejó como saldo 10 personas fallecidas y 25 personas heridas, así como el derrame de fertilizantes y desechos tóxicos biológicos, por lo que fue necesario la utilización de equipos especiales.
Lo anterior como parte del Segundo Ejercicio Interinstitucional Químico Biológico Radiológico Nuclear Chihuahua 2019, donde participan elementos del Ejército Mexicano, Policía Federal, FGR, Protección Civil Estatal, Secretaría de Salud a través de URGE, Bomberos, Cruz Roja, hospitales y brigadistas de la Mina Dolores, así como el Comité Especializado de Alto Nivel en Materia de Desarme, Terrorismo y Seguridad (Candesti).
Una nube de humo de color rosa no dejaba ver cuántos lesionados había en la línea ferroviaria A 1584+360 de Ferromex. La llamada de auxilio llegó hasta el 911, para que los cuerpos de rescate y emergencia se desplegaran en la zona del siniestro a fin de atender de manera rápida a los accidentados y evitar decesos.
Al arribar los cuerpos de emergencia, el coordinador estatal de Protección Civil decretó la instalación del Comando de Incidencias para informar sobre las áreas de seguridad y lugares de atención. Además el personal especializado se encargó de la valoración de la situación y estableció el cerco perimetral de seguridad, pues el derrame de desechos tóxicos era considerable.
En el lugar una célula mixta de Bomberos, Cruz Roja, URGE y Ejército Mexicano empezaron a colocarse los trajes especiales para ingresar a la zona contaminada, considerando la contaminación se colocaron trajes utilizados para cuestiones nucleares. Mientras que otros elementos desplegaban los puntos de atención prehospitalaria, así como la zona de desinfección para los lesionados.
En la zona del siniestro o zona caliente, personal de rescate se encargaba de revisar a los heridos y canalizarlos a la atención, los que podían caminar se dirigían a la zona denominada como tibia, donde les daban un baño para la descontaminación y su ropa la metían en una bolsa para residuos peligrosos. A algunos lesionados los trasladaban en brazos y a otros en camillas, sobre todo a quienes contaban con fracturas expuestas o heridas con órganos expuestos.
“¡Un helicóptero, un helicóptero para mi esposo!, está muy grave, ¡hagan algo!”, gritaba desesperadamente una de las mujeres lesionadas, quien no quería soltar a su bebito, el pequeño también fue atendido de manera inmediata en la zona fría se estableció el punto de atención, donde los lesionados iban llegando para recibir la primera revisión.
Mientras los lesionados eran atendidos, la doctora Tania Rodríguez de URGE informaba sobre la ocupación hospitalaria. Al Hospital General enviaría a 2 pacientes en código rojo y 1 amarillo. Al hospital Central canalizaron 2 en código rojo y 1 amarillo, a la Clínica de Ávalos a 12 pacientes en código verde, 1 rojo al Morelos, 1 verde a la Unidad de Medicina Familiar número 33, Caaps Villa Juárez a 2 pacientes en código verde y 3 pacientes más en código verde a Pensiones Civiles del Estado.
Desde las 09:38 horas llegó el helicóptero a la escena con personal médico y paramédico a bordo y a las 10:56 horas trasladó a uno de los lesionados de mayor gravedad. De igual manera lo hizo el Halcón 1 de la Dirección de Seguridad Pública, quien se encargó del traslado de uno de los elementos del Ejército Mexicano que inhaló el material tóxico.
Debido al intrincado acceso hasta la zona del siniestro, una unidad Polaris de URGE se encargó del traslado de los lesionados hasta las ambulancias que se desplegaron para la atención de emergencia.
Cabe señalar que el primer ejercicio se realizó en Puebla y el segundo en Chihuahua con la finalidad de medir la capacidad de atención de respuesta, evaluación que realizará la Guardia Nacional.
Raúl Romero García, director general adjunto de Trámites y Servicios de la Dirección General de Autotransporte Federal, explicó que como parte de las acciones de seguridad de la SCT se participa en estos simulacros en coordinación con otras dependencias, con el objetivos de establecer y unificar protocolos de operación para hacer frente a eventos químicos biológicos, radiológicos, nucleares y explosivos en territorio nacional, crear una cultura de prevención e incrementar la coordinación y cooperación entre las autoridades de los tres órdenes de Gobierno.
Por su parte, Julio César Huerta Flores, director general del Centro SCT Chihuahua, resaltó la importancia de que se haya tomado en cuenta a Chihuahua para la realización de este simulacro.
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