"Un perro agresor no puede reintegrarse a la sociedad"

"A muchos animalistas no les gusta que sigamos durmiendo perros, pero no somos un albergue".

Adriana Saucedo

  · jueves 8 de noviembre de 2018

Gerardo Aguirre

“Cuando se valora que mordió por defenderse, se observa la conducta del perro y se puede dar en adopción porque no es agresivo, pero un perro agresor no puede ser dado en adopción o regresado a su dueño”, explicó Alejandra Flores, directora del Centro Antirrábico. Agregó que un can que ha mordido a una persona, se somete a observación durante diez días para identificar alguna conducta agresiva, en caso de ser detectada se somete a eutanasia por seguridad de la población.

Asimismo, indicó que por falta de espacio se dan 48 horas desde que se captura al perro no agresivo para su adopción, después de esterilizarlo en el lugar, o bien, si tienen dueño se dan 72 horas de plazo para reclamarlos o se practica la eutanasia.

“A muchos animalistas no les gusta que sigamos durmiendo perros, pero no somos un albergue, nos dedicamos a eso, a dormir perritos. Como trabajamos para la Secretaría de Salud, nuestro trabajo es proteger la salud humana, entonces no puede haber perros en la calle porque se incrementan las garrapatas, se enferman, no se esterilizan, no se vacunan, y pueden llegar a dañar a la gente. Por convicción propia tratamos de dar en adopción después de esterilizarlos, no se da en adopción ningún perro sin esterilizar, pero si no los adoptan, no los podemos tener aquí. No tenemos espacio, tenemos ese gran problema, no tenemos albergue, ellos no quieren que sigamos durmiendo perros, pero no vienen por ellos”, indicó.

“Nosotros vivimos de esto, nosotros comemos de esto. Hacemos nuestro trabajo, nos pagan por capturar perros. Aunque parezcamos los malos, no lo somos, la gente que tiene a sus perritos en la calle nos ve como malos, sin embargo ellos son quienes los tienen en la calle, defecando en el patio del vecino, dejando sus garrapatitas por ahí y mordiendo, porque cuando se sienten amenazados van a morder a alguien. Los malos son quienes dejan a sus perros en la calle, porque la mayoría de los perros de la calle están porque los abandonan”, explicó.

Asimismo, enfatizó en que el trato de los trabajadores hacia los perros es el correcto y el adecuado para su cuidado, con la finalidad de que se encuentren en las mejores condiciones en el lapso de tiempo en que los ponen a dormir o los adoptan. Se pronunció como una persona exigente con sus trabajadores en la cuestión de cero tolerancia al maltrato, y a que siempre tengan comida y agua.

“Todos los perros que estén aparentemente sanos, se dan en adopción, menos los agresores, porque no puedo dar en adopción a un perro agresor. Cuando se valora que mordió por defenderse, se puede dar en adopción porque no es un perro agresor. Pero si es un perro que es recurrente en mordidas o la conducta agresiva es notoria, no se puede dar en adopción ni regresar a su dueño”, explicó.

Referente a las denuncias que han presentado en su contra, expresó estar al tanto del tema y haber sido notificada por la Secretaría de Salud y la Comisión de Derechos Humanos. Asimismo, indicó que cuenta con las pruebas necesarias para probar que actuó de manera correcta dentro de sus funciones.

De acuerdo con Flores, hace unos meses sufrió una mordida por parte de una perra que se disponía a vacunar, por lo cual se puso en resguardo a la mascota y en observación durante diez días para cerciorarse de la inexistencia de rabia, después regresó a casa con sus dueños. El inconveniente no pasó a mayores, salvo una marcada cicatriz en la pierna derecha de la doctora, sin embargo, un mes después la perra volvió a morder a otra persona, por lo que por ley debía ser dormida.

Ante esta situación, el propietario se comprometió a llevarla a un veterinario y con un entrenador, “para que él también aprendiera cómo manejar a su perra y a cómo comportarse, porque los humanos tenemos mucho que ver con el comportamiento de nuestras mascotas. Quedamos en que si en quince días no cumplía con el plazo, le llamaríamos al departamento de Ecología para que aplicara una sanción mayor porque temíamos que mordiera una tercera vez. A los quince días no cumplió con el trato y lo multaron, fue corriendo al centro de esterilización gratuita, al día siguiente se murió la perrita. Me imagino que la dejó en el patio toda la madrugada, sin el cono de protección, la perrita se lamió hasta que se abrió los puntos y así continuó hasta que se desangró”, dijo.

“También tengo una demanda por el caso de un pitbull que mordió a una señora de 59 años en brazo, cara y pierna. El pitbull llegó por bomberos, entró a baño contra las garrapatas y después viene su propietario y nos explica que el perro estaba dentro de la casa, la hermana entró, la desconoció y fue cuando atacó. Cuando el perro estuvo aquí en observación se notaba muy agresivo y no sabíamos si lo entregábamos o no, duró quince días mientras que la norma nos pone diez”, explicó.

Flores agregó que durante la estancia del pitbull en el Antirrábico, un joven que ayudó a desprender al perro de la mujer acudió a informar que también había resultado mordido por este y que de no haber intervenido, la mujer habría perdido la vida.

“Cuando un perro te muerde la cara, es una lesión grave que amerita eutanasia, además mordió a una segunda persona que no era su objeto de ataque inicial. Días después le dije al propietario que íbamos a dormir a su perro, me amenazó con una demanda pero yo sabía que tenía que hacer lo correcto. Antes de que se cumplieran los quince días, nos llega una hoja de Ecología donde los vecinos del propietario del pitbull pedían que el perro no se entregara porque era una amenaza, ya había matado a otros perros, otros gatos y solía salirse de la casa sin que su dueño lo pudiera controlar. Esa fue la situación, la tuve que dormir y obviamente el dueño no está de acuerdo, y está bien, es una reacción normal porque a nadie le gusta perder a un perro”, finalizó.