En uno de cada cinco hogares chihuahuenses, los padres de familia promueven entre sus hijos la subcultura de la narcomoda, así lo afirma el estudio “Violencia en Chihuahua” del investigador en crimen organizado y consejero de la Comisión Estatal de los Derechos Humanos, José Carlos Hernández Estrada.
Esto muestra que Chihuahua ha pasado de ser un estado temeroso de la violencia a una entidad en la que la moda alterada produce fascinación y el crimen organizado se ha normalizado.
El entrevistado señaló que esto es el inicio de una cascada de delitos, en un reacomodo de cárteles en México al mutilarse las cabezas de cada cártel en turno, entra un nuevo gobierno y tiene impacto en la seguridad o inseguridad del estado.
La alta corrupción en las esferas de gobierno es uno de los puntos que influye, señaló, y como dato, el 80 por ciento de altos mandos de los tres niveles de gobierno participan directamente en actos de corrupción, “entendida ésta como inmoralidad expresa a favor propio de otra persona, en dejar hacer o pasar en cuestiones explícitas”.
Por otra parte, pese a estrictos controles de confianza, el 70 por ciento de las corporaciones policiacas en México son corruptas y debido a esta corrupción, los tres poderes en México han perdido ante la sociedad su liderazgo y se han convertido en blanco de burlas.
Otro es que hay leyes absurdas a favor de los criminales y por otra parte las tareas preventivas a placer del partido en turno, con ocurrencias de político que no conoce la materia de seguridad.
Un sistema penitenciario que confunde la reinserción social con dar un pleno confort asistencial a las personas privadas de su libertad; un malentendido proteccionismo por parte de los derechos humanos a favor de los delincuentes, porque a veces se usan las comisiones de derechos para litigar a favor de la delincuencia y dejar desprotegida no sólo a la víctima, sino a la sociedad misma.
Ha despuntado también por el llamado síndrome del espejo, en el cual los jóvenes se reflejan en que hay impunidad en la sanción de delincuentes y se enrolan fácilmente en la delincuencia organizada matando a diestra y siniestra en una subcultura del “sicariato”, donde por poco dinero matan a una por varias personas e incluso hay modas para asesinar, y mientras que antes se encontraban personas envueltas en cobijas, hoy se hace deliberadamente a la luz del día, en la vía pública.
La lejanía de grupos de ayuda o religiosos sobre este tema, y es importante que sea tangible y la inflación, la carestía y el desempleo que lleva a enrolarse a las personas vendiendo droga.
El experto dijo que antes había temor social, ahora no, ahora no hay capacidad de asombro, y hoy la sociedad se encuentra inmune a la capacidad de asombro.
“Antes era una pena ser los más violentos, ahora muchos chihuahuenses presumen en otros países de pertenecer en un estado valiente, entre asesinos y armas de fuego. La gente de Chihuahua presume, hay un acto de presunción, porque antes era triste y mal visto moda alterada y ahora es parte de cultura regional”.
Y es que el 50 por ciento de los padres de familia no sólo permiten sino que promueven entre sus hijos la cultura de la moda alterada, y esta es la apertura mental obsesiva y directa a través de imágenes música y literatura de actos de destrucción y muerte del crimen organizado.
Por otra parte, el 95 por ciento de los chihuahuenses tienen a un familiar directo o indirecto o a un conocido enrolado en grupos de delincuencia organizada.
“Es triste saber que el crimen organizado ha sobrepasado al gobierno en sus tareas de seguridad pública y seguridad nacional, pero más lamentable es, reconocer que muchas veces el mismo gobierno es el propio crimen organizado”.
Entre las propuestas de cambio que el experto maneja, se encuentra despolitizar tareas de seguridad pública en el país y estado de Chihuahua; crear un organismo autónomo para prevención y combate a la inseguridad porque el actual modelo nacional es obsoleto; una relegislación penal para cerrar candados a delincuentes; la pena corporal vitalicia para políticos y gobernantes corruptos sentenciado por juzgados tripartitos a nivel federal o estatal o en su caso penas ejemplares.
De igual forma la introducción urgente de la materia de axiología social para niveles básicos del sistema educativo; mucho más recurso y apoyo social en deporte de calle y escolarizado; más inversión gubernamental en tareas de rehabilitación y desintoxicación de adictos, pues cerca del 60 por ciento de quien vive una psicosis es como consecuencia de drogas y 7 de cada 10 indigentes son como consecuencias de la droga.
Control real y total de casinos y antros controlados por el crimen organizado y una pastoral religiosa más social y menos burócrata por parte de todas congregaciones, menos orante y más actuante.