"Lo que quiero es que m’ijo ande con sus aparatos, mejor que todo, porque ¿qué me gano yo con tener lujos o tener un plato de comida, si no me lo voy a comer a gusto si lo que se requiere son los aparatos? Eso le pido a mi Dios", dijo Teresita, quien también presenta una discapacidad en el habla.
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Desde hace dos años Jovany, nieto de Teresita, fue diagnosticado con sordera y le prescribieron el uso de implantes cocleares, con un costo de 8 mil pesos cada uno. Por medio de una institución de ayuda a necesitados, le ofrecieron financiarlos, sin embargo cuando presentó al niño, le dijeron que tenía que pagar 16 mil pesos.
Jovany, de 12 años, se enfrenta diariamente a la limitación de escuchar únicamente con el 15% de capacidad auditiva, a la necesidad económica que pasa con su abuela, a estar separado de su madre, sin embargo pone su mayor empeño en el estudio, convencido de que es el mejor camino para salir adelante.
Desafortunadamente, el profesor le confió a su abuela que la disminución auditiva sí ha afectado sus calificaciones, porque no puede estarle gritando todo el tiempo, y sería de gran ayuda que pudiera avanzar junto al resto del grupo.
En el marco de las festividades decembrinas, Jovany hizo una carta a Santaclós, a quien le pidió una bicicleta y ropa, porque quiere estrenar ese día. También comentó que acaba de pasar su cumpleaños y fue un día sin festejar, y se quedó con ganas de ensalada de pollo, pero lo que en verdad desea cenar con su abuelita son tamales o menudo.
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