Venta y distribución de droga, intercambio de documentación falsa y servicios privados de todo tipo, son algunos de los negocios ilegales que algunos choferes de plataformas digitales de transporte privado realizan sin supervisión alguna.
Lamentablemente, con la llegada de estas aplicaciones, como lo son Uber y DiDi, diversos negocios por fuera de la aplicación son los que se realizan de manera continua sin tener regulación, lo que permite que la transportación no solo sea de personas, sino también de drogas, bebidas clandestinas y, en ocasiones, trata de mujeres y migrantes.
En los últimos meses se ha implementado un nuevo servicio privado, el cual consiste en facilitar a jóvenes estudiantes, de entre 12 y 16 años de edad, alcohol y renta de habitaciones en diversos hoteles del Periférico de la Juventud, con el propósito de pasar la tarde ahí mientras sus padres trabajan, así lo dieron a conocer autoridades de diversas secundarias, tanto públicas como privadas, a padres de familia en diversas reuniones escolares.
El directivo de una escuela secundaria de la capital, Pedro M., notificó a los padres de familia sobre las actividades ilegales que realizan los alumnos. Esto luego de que un padre encontrara un video en una de las redes sociales de su hija, en el cual, la estudiante de una escuela privada aparece ingiriendo bebidas alcohólicas y realizando actos sexuales dentro de la habitación de un hotel.
Los alumnos que realizan estas acciones son dejados por sus padres en plazas comerciales de la ciudad durante las tardes del fin de semana, donde supuestamente se reúnen con sus compañeros de clase para realizar compras o pasear por el lugar durante algunas horas. Sin embargo, el objetivo principal es esperar a que los conductores lleguen por ellos, les entreguen las bebidas alcohólicas y las llaves de una habitación en alguno de los hoteles ubicados en el Periférico de la Juventud, a los que son trasladados por el mismo chofer.
El chofer los espera afuera y según lo que se percibe en los videos, los jóvenes realizan todo tipo de actos sexuales, cometidos no solo entre dos personas, sino entre grupos de estudiantes tanto de escuelas privadas como públicas.
Algunos padres de familia indican que los jóvenes pagan la renta del cuarto, la adquisición del alcohol más una comisión para el chofer, siendo un negocio lucrativo para quien facilita a los menores el servicio.
Los directivos de las escuelas indicaron a los padres de familia que la situación se presenta tanto en escuelas públicas como privadas, sin embargo, al ser fuera del horario escolar las autoridades educativas no pueden tomar medidas para revertir los comportamientos.
“Venta y distribución de drogas”
Otro de los grandes negocios detrás del volante es la venta y distribución de drogas. Ya sea que los narcotraficantes los contacten para distribuir la droga en ciertos puntos de la ciudad y los mismos choferes lo hagan, o bien, que estos trasladen a los traficantes con sus clientes. “En veces ellos te contactan y te piden la ruta o también contratan el servicio y estipulan, dentro de la aplicación, diferentes destinos. Uno sabe que van a traficar porque normalmente son dos, el que se baja y el que se queda en el carro esperando. La mayoría de las ocasiones traen mariconera, que es en donde guardan la merca.”, comenta Luis M., conductor de plataformas.
Las maneras de crear un negocio lucrativo siendo chofer son varias; algunos de ellos acuden a los picaderos, algunos ubicados en la colonia Punta Oriente, donde se surten con mercancía, principalmente mariguana, cristal o cocaína, para después distribuirla en puntos de la ciudad o llevarla directamente a los consumidores, que en este caso, solicitan en “servicio” por mensaje de texto.
“En una de las ocasiones que pedí un viaje por medio de la aplicación, el chofer me ofreció droga. No la acepté, pero en la guantera traía bolsitas, en ese momento yo iba saliendo de la fiesta, así que supongo que aprovechan cuando ven a jóvenes enfiestados.”, asegura una usuaria de las plataformas, que por cuestiones de seguridad prefiere mantenerse en el anonimato.
De igual manera, en redes sociales, se puede contactar a conductores que trasportan “clandestinas” a altas horas de la madrugada, a quienes con una llamada o un mensaje se les indica la cantidad y la marca de cerveza, vino o licor que se desea adquirir en ese momento.
Algunos de los locatarios de la colonia Cerro de la Cruz aseguran que uno de los expendios que se encuentran ahí surte continuamente a carros, a tal grado de que estos llegan a tener una cantidad inmensa de cartones de cerveza que pronto son recolectados por diversos choferes para su posterior venta.
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