La vacuna BCG contra la tuberculosis, que desde hace tiempo escasea en México, evita que niñas y niños que se contagian con la enfermedad, presenten “formas graves” como la tuberculosis biliar, de columna, o infección de las meninges, entre otras que pueden poner en riesgo a los recién nacidos.
Así lo explicó el infectólogo pediatra, Moisés Ramírez López, quien señaló que la aplicación de BCG, no tiene la intención de evitar la enfermedad, sino de que quien se contagia, tenga menos probabilidades de que la situación se agrave.
El especialista refirió que en sí no se pude culpar a alguien en específico por la falta de la vacuna BCG, sin embargo señaló que lo óptimo, desde el punto de vista científico, es que todos los niños deberían tener la mayor cantidad de vacunas, para prevenir la mayor cantidad de enfermedades.
Refirió también que hay otra vacuna, la de la hepatitis b, que de acuerdo con la cartilla de vacunación en México, debe aplicarse lo más pronto posible a los recién nacidos, ya que explicó, mientras más pronto se aplique hay menos riesgo de desencadenar problemas.
“En este caso, deberíamos cuestionar si la mujer embarazada, próxima a ser mamá, tiene la seguridad que no tiene hepatitis b, si se está seguro no tiene la enfermedad, no es de urgencia para el recién nacido, porque lo que preocupa es el contagio a través de la madre”, explicó.
Si por el contrario, la mamá está segura que sí tiene hepatitis b, el bebé debe recibir la vacuna dentro de las primeras 12 horas de vida, señaló. En un tercer panorama, cuando la mujer embarazada no sabe si tiene o no hepatitis, se debe actuar y aplicar como si estuviera segura que tiene la enfermedad.
El especialista, reiteró que la explicación del tema de vacunas a través de sus redes sociales, tiene como finalidad orientar a mamás y papás, y explicar las dudas que puedan existir de una manera clara y sencilla de comprender.