"Fue un proceso muy difícil y doloroso, pero valió la pena", aseguró Adrián Arturo Jurado Espino, joven chihuahuense que recibió una nueva oportunidad de vida al retirarle una tumoración facial que le impedía respirar y comer. Su meta es retomar sus estudios en Ingeniería en Sistemas Topográfico.
Reconoce que unos días antes de la cirugía pensó en rendirse, tenía miedo. Desde que llegó a la Ciudad de México fue sometido a estudios y procedimientos quirúrgicos que eran vitales para la cirugía mayor.
En su celular enseña las fotografías que le tomaron en el momento de la cirugía, la cicatriz y la gran masa tumoral que le fue retirada, pues era un tumor sólido de 3.5 kilogramos. Aún cuenta con un tumor en el pómulo izquierdo. Se prevé que para el siguiente año pueda ser retirado y lograr una reconstrucción completa.
La semana pasada regresó a Chihuahua tras ser sometido a la cirugía, la cual fue liderada por la doctora Laura Andrade Delgado, jefa del área de Cirugía Plástica del Hospital General Dr. Manuel Gea González. Cuenta con una experiencia profesional de más de 15 años como especialista en Cirugía Plástica, Estética, Reconstructiva y Craneomaxilofacial. Se ha rodeado de un sólido equipo humano formado y dirigido por ella e integrado por excelentes especialistas en diferentes técnicas.
La doctora coordina a un equipo de cirujanos plásticos residentes, en casos extremos como el de Adrián pide ayuda a otros expertos como el doctor Fuentes de Campo, así como a su esposo que es neurocirujano, relató don Adrián Jurado Leos, padre del joven.
Ella está convencida que un cirujano plástico debe ser un profesional técnicamente exquisito, pero a la vez ser capaz de unir la presión a la visión artística, debe tener armonía estética a través de la ciencia. Bajo esa premisa la doctora intervino al joven chihuahuense.
La doctora fue quien le brindó la oportunidad para que Adrián, ello tras la intervención de la directora del DIF Municipal, Thelma Rivero y Lupita Borruel, quienes gestionaron ante el Hospital y la doctora, quien era la única especialista que podría hacer el milagro para Adrián.
"Me siento muy feliz, contento, fue difícil pero ya estamos aquí, gracias a Dios y los doctores", comentó Adrián.
Relató que el domingo ingreso al nosocomio en la Ciudad de México, y el lunes le practicaron una traqueotomía, le colocaron un catéter. "Fue muy duro, me tuvieron que intubar despierto, la sensación era no respirar, es como si me estuvieran ahogando".
Los días previos a la cirugía, los nervios eran muchos, llegando incluso a pensar en no operarse, sin embargo recapacitó "pensé que era la vida que me había tocado y había que afrontarla".
Adrián pensó que con la cirugía de terminaría su suplicio, pero no. Le reconstruyeron la fosa nasal del lado derecho, la cual estaba comprimida por la tumoración, le colocaron unos tubos para que pudiera respirar. "Era doloroso, hasta para tragar agua, no podía comer, me sentía ahogar".
La próxima cita de Adrián es el 27 de noviembre, deberá llevar los resultados de laboratorio y tomografía para ver el avance de la recuperación. En esa cita de seguimiento se analizará si es posible que programen una siguiente cirugía de reconstrucción para los primeros meses de 2019.
Del lado izquierdo en el pómulo también tienen una tumoración, fue la detención inicial, le hicieron una biopsia y una primera cirugía. Ya no creció más, pero el tumor continúa en la zona, se busca que el próximo año puedan operar ese lado de la cara y lograr una reconstrucción total.
Del lado derecho retiraron el tumor de raíz, por lo que tuvieron que retirar todos los huesos afectados, el globo ocular quedó algo desprotegido, pero se lograra reconstruir.
Durante esta semana, Adrián será valorado por un médico para ver lo de la catarata, así mismo iniciar con el proceso de destete de la cánula en la tráquea. Se le tendrá que practicar una tomografía de cuello para ver cómo está ubicada, ver si está desinflamada y luego iniciar con los ejercicios de respiración. Se espera que en un mes ya no traiga el tubo, ya que para él es un impedimento para comunicarse.
El padre de Adrián comentó que esta cirugía es en la que más ha sufrido, “He estado en todas sus cirugías, esta fue muy difícil se quejó de mucho dolor, pero cuando lo vi sin tumor, valió la pena”.
Ahora sin tumor, ya puede comer, mencionó que siempre tenía que buscar la manera para pasar los alimentos, incluso dejó de ingerir golosinas, por lo que al poder hacerlo se comió unos deliciosos chocolates con cacahuate.
Los planes de Adrián son recuperarse, y el próximo semestre reiniciar su carrera universitaria. “Muchas gracias a todos los que nos apoyaron, estamos muy agradecidos con la gente de Chihuahua que aportó para que esta cirugía fuera una realidad”, comentó.
El padre de Adrián también se mostró contento y muy agradecido con la doctora Laura Andrade y el personal del Hospital General Dr. Manuel Gea González, así como con el personal del DIF Municipal, y las personas como Guillermo Gutiérrez quien abrió las puertas del Club de Leones para recaudar fondos, así como empresas y particulares que donaron. “El resultado es más de lo que esperábamos, por ello agradecemos a quienes estuvieron dando ánimo y palabras de aliento en este trance tan duro”.
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