Los vecinos del circuito de la calle Puerta Altare del fraccionamiento Puerta Savona, donde fue asesinado a golpes el pequeño Yadiel Esaúl, refieren que los habitantes llegaron hace un poco menos de un mes, y antes de la tragedia se hablaba de que en el domicilio los niños que ahí vivían con su mamá y su padrastro, eran víctimas de violencia.
Los vecinos comentaron que el niño de dos años casi no salía de su casa, mientras que el niño de 8 años sí se veía más seguido fuera de la vivienda.
Además, aseguraron que en el poco tiempo de habitar ahí, eran visibles señales de violencia, como escoriaciones en la piel con forma de ‘rayita’, como las provocadas cuando son golpeados con cables, en la cara, y múltiples moretones en el cuerpo.
La vivienda ubicada sobre la calle Puerta Altare número 9928, de la colonia Puerta Savona donde perdiera la vida un menor de 2 años la tarde del pasado viernes, permanece con 8 sellos de clausura de la Unidad Especializada en la Investigación de Delitos contra la Vida de la Fiscalía General del Estado, y clausurada con la tira roja de ‘evidencia’ por el trágico acontecimiento en el que el pequeño murió a manos de su padrastro.
Así mismo, el pequeño jardín de la vivienda que había sido ocupada hace aproximadamente 3 semanas por la familia compuesta por la madre, quien aparentemente es hermana de la dueña de la propiedad, el padrastro, el menor de 2 años que falleció y su hermano de 8 años de edad, está acordonada con la tira de color amarillo para prohibir el paso a la escena del crimen.
“Sí le pegaba, el niño tenía como cablazos, moretones en el cuerpo. Decían que el papá (padrastro) también consumía marihuana. Tenían menos de un mes que llegaron, porque la casa era de una hermana de la mamá de los niños, que tiene entre 20 y 25 años”.
La madre de familia es quien sustenta el hogar económicamente, al laborar en una maquiladora cercana a ese sector, mientras que su pareja sentimental no tenía empleo y estaba al cuidado de los dos niños. De acuerdo a los testimonios de vecinos que prefirieron permanecer en el anonimato, mencionaron que en el área del patio se podía ver que salían ‘humos’ y vapores extraños, además de un fuerte olor tipo el de la marihuana, por lo que presumen que el asesino del bebé hacía uso de sustancias ilegales.
Fue el viernes alrededor de las 16:00 horas cuando los vecinos se sorprendieron por el operativo que se montó en el exterior de la vivienda 9928, cuando salió el padrastro de los niños y fue interrogado sobre los hechos durante un rato, pues alegaba que el niño había muerto ahogado después de llorar por mucho tiempo. Finalmente reconoció su culpa en el homicidio, con la evidencia del cuerpo maltratado del pequeño que presentaba señales de violencia y aceptó haberle causado la muerte.
“Lo tenían acá afuera, como que no quería decir, y al último sí dijo que él le había pegado. Fue entre 4 y 6 de la tarde más o menos, fue todo. Llegó la forense y se llevó al niño. Él decía que no le había hecho nada”.
“Fue muy feo para nosotros como vecinos saber que todo eso pasó”, mencionaron para finalizar.