Esta ciudad será la sede del Fórum Vitivinicultura Chihuahuense que tendrá lugar en las instalaciones del Museo Universitario Quinta Gameros, el próximo 9 de agosto, cuando por primera vez se reúnan los productores de vino existentes en el estado.
Entre ellos, Viñedos y Bodegas Encinillas, Bodegas Pinesqué, Cavall 7, Bodegas Valles Villalpando, Boutique Reyes Mota, Hacienda de Bustillos, Cava Baltierra, Bodega Misión Cerocahui, Casa Piña Mora, Casa Pasado Meridiano, Casa Tres Ríos, Casa Chávez, Odille.
Con el lema “encuentro de vino 2019”, este evento, organizado por el Clúster Vitivinícola y El Heraldo de Chihuahua, tiene como objetivo ser una ventana abierta de análisis e información al respecto del tema, con la participación de diversos expertos.
Se debatirán, asimismo, asuntos de interés general, institucionales y empresariales de especial relevancia, así como los principales logros y retos del futuro en la industria donde, poco a poco, el estado se ha ido convirtiendo en una potencia en el plano nacional.
El programa de la citada fecha contempla, como actividad de apertura, la historia de la producción de vino en México y el potencial de nuestro país, con un análisis incluido de un caso (Baja California) desde la planeación hasta el éxito en enoturismo. Ello, a cargo del licenciado Gabriel Díaz García de León, director del Museo del Vino de la mencionada entidad.
Posteriormente, se dará paso a la mesa panel denominada “El potencial de Chihuahua para producir buenos vinos”, con la participación de Gabriel Padilla Maya, director general del Consejo Mexicano Vitivinícola; el doctor Damián Porras Flores, director de la Facultad de Ciencias Agrotecnológicas de la Universidad Autónoma de Chihuahua; René Chavira, director de Desarrollo Económico, AC; así como el ingeniero Manuel Alderete, productor y promotor.
Continuando con la agenda, “El impacto de los concursos internacionales para los vinos mexicanos” será el nombre de la conferencia magistral que imparta Carlos Borboa, director del México Selection by Concours Mondial de Bruxelles.
Desde luego, el Fórum contempla la degustación de los productos locales, lo mismo para dar cuenta de su cantidad y calidad.
Chihuahua, en el top ten vitivinícola
Chihuahua es una de las zonas de vitivinícolas más importante del país, colocándose en el cuarto lugar de un “top ten” de las entidades que se destacan por el tipo de uva y vino que producen.
Aunque no posee las 4 mil 610 hectáreas de viñedos que ostenta Baja California, las 191 ha del estado son parte esencial de una zona comprendida por los estados ya mencionados y Sonora, Coahuila, Nuevo León, Zacatecas, Aguascalientes, San Luis Potosí, Guanajuato y Querétaro, de acuerdo con el breviario que publicó el año pasado el Consejo Mexicano Vitivinícola.
En este sentido el estado grande sólo es superado por la tierra cachanilla (referencia obligada si se habla del tema) con el territorio citado, Coahuila (680 hectáreas) y Querétaro (420). El vecino Sonora tiene la décima posición (25).
Dicho reporte coloca en este estado a las regiones de Bachíniva, Delicias, Sacramento, Encinillas y Chihuahua capital como las regiones de mayor influencia en la producción de uva y vino.
Añade que en lo que se refiere a variedades de uva, el estado se especializa en la tinta, coloquialmente conocida como “roja”: Cabernet Sauvignon, Cabernet Franc, Merlot, Shiraz, Petit Verdot, Tempranillo y Malbec. En lo tocante a las “blancas”, se registra solamente Chardonnay.
El mito de la aridez
Para explicar la anterior posición de Chihuahua en la “tabla general vitivinícola de México”, primero hay que olvidarse de la idea de que el terruño sólo es desierto. De hecho, es tierra rica en valles con un clima y un suelo ideales para los viñedos.
Estos últimos, pueden incluso diferenciarse de los del “superlíder” Baja California, donde los mantos freáticos están contaminados con agua salada. Aquí son dulces y dan un sabor excelente a los vinos.
Si nos atenemos al posicionamiento geográfico, puede estarse de acuerdo con la idea de que el estado está, como tradicionalmente se ha dicho, en la zona de los grandes desiertos, pero su amplia extensión le permite darse lujos climatólogicos.
Así, en muchas de las regiones citadas del breviario existen terrenos con ambientes formidables, y climas benévolos, cálidos durante el día con noches frescas, amén de los ya mencionados veneros o ríos de agua dulce.
A lo mencionado debe aunarse una vocación natural del cultivo de la vid que se da en esas áreas, para que se produzca tanto uva como vino de excelente calidad que le han dado la fama y el lugar que ahora tiene la industria vitivinícola local.
Historia de éxito
Hasta hace algunos años, tanto la industria vitivinícola, la cultura del vino y el consumo de este mismo en el estado era escaso. Las tierras de la península de Baja California, tal vez por la influencia de su alto vecino estadounidense, se llevaban todo el crédito en este sentido.
En sí, la historia de la vitivinicultura chihuahuense se remonta a los años cuarenta y cincuenta, cuando en Ciudad Delicias se estableció una empresa dedicada a la elaboración de brandy y vinos de mesa. Por diferentes motivos, la empresa desapareció y junto con ella la producción de vino en Chihuahua.
En los años 70, inmigrantes italianos llegaron al estado para trabajar en la industria papelera y, como parte de sus costumbres familiares se encontraba el elaborar vino de forma artesanal para su consumo en casa y meramente familiar.
Varios de ellos sembraron en algunos chihuahuenses el amor por el vino, dando como resultado un interés en la producción y consumo de este producto.
Con el paso de los años los restaurantes locales comenzaron a notar la curiosidad de la gente respecto al consumo del vino y así es como empezamos a ver la introducción de vinos de diferentes países en sus establecimientos.
Fue en los últimos años de la anterior década que el Gobierno Estatal y la Facultad de Ciencias Agrotecnológicas de la Universidad Autónoma de Chihuahua incentivaron a formar un grupo con interesados en la vid y el vino y diseñaron un experimento para plantar las mismas variedades en 16 regiones diferentes del estado.
Luego se formó el Sistema Producto Vid, actualmente formado por productores de vid, así como bodegas productoras de vino.
Varias familias iniciaron la producción de vinos artesanales para consumo personal, al igual que como lo hacían los italianos, y casi a la par del proyecto universitario comenzó la aparición de Bodegas Vinícolas Chihuahuenses, siendo pioneros Bodegas Pinesqué y Bodega Encinillas en la producción de vinos de manera comercial.
La aparición de viñedos no se quedó atrás. Aprovechando el vasto terreno y diferentes tipos de tierra, al igual que altitudes y temperaturas que tiene el estado de Chihuahua, comenzaron a lo largo del territorio las plantaciones. Esto se vio impulsado con la creación del Sistema Producto Vid Chihuahua, el cual apoya tanto a viticultores como a vinicultores.
Con mucho esfuerzo y dedicación, la vitivinicultura chihuahuense comenzó a crear una excelente imagen y renombre que hoy lo tiene en las preferencias del consumidor nacional e internacional, y como una de las potencias emergentes en México en cuestión de vitivinicultura.
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