“Aprendimos bastante de mi papá, más que nada el amor a las plantas, gracias a Dios acertadamente empezamos a trabajar con él”, recuerda Lupita, hija de don Vicente Peña, quien falleció el pasado 14 de enero, dejando a sus hijos un gran legado en su Vivero Peña, ubicado en la colonia Pacífico.
“Es muy bonito conocer gente, él empezó solo y se fue con una gran familia, porque eso eran para él sus clientes, sus amigos del alma, unos le decían compadre, otros le llamaban amigo”, comentó Lupita a El Heraldo.
Vicente Peña Peña empezó trabajando en un vivero en Ciudad Juárez, hace más de 50 años, pero lo suyo no era ser empleado, quería su propio vivero y al final lo logró.
Vino a Chihuahua y anduvo en varios lugares antes de establecerse en la 42ª e Ignacio Ramírez por casi 30 años, luego estuvo en la 40ª y hace dos años se ubicó en la 38ª 2409, entre Ramírez y Jiménez.
Su hijo mayor, Vicente, es licenciado en Sistemas de Computación Administrativa, mientras que Guadalupe, Margarita y Juan, aunque también estudiaron una carrera, tomaron las riendas del vivero, manteniendo la tradición y el sistema de trabajo que les enseñó su padre.
“Empezó desde muy joven y le apasionó, el legado son sus enseñanzas, sus clientes, sabía sembrar, injertar, jardinería, poda, compostas, plagas, era mecánico, herrero, de todo, muchos clientes le decían ingeniero”, contó orgullosa.
“Cuando se dieron cuenta que falleció hubo mucha respuesta, les avisamos que íbamos a tener un recorrido y muchos estuvieron aquí para despedirlo, fue muy bonito, hubo aplausos, se sintió el cariño”, señaló.
El Vivero Peña abre de lunes a sábado de 9:00 a 18:30 horas y domingos hasta las 15:00.