El párroco de Corpus Christie, Pbro. Guillermo Acosta, sostuvo el Santísimo Sacramento durante el vuelo realizado sobre la ciudad de Chihuahua, en el que se dieron siete vueltas por lugares estratégicos, mientras se rezaba por las peticiones del Sitio de Jericó, que son fin de la sequía y de la pandemia, alto a la violencia y elecciones limpias.
En una transmisión en vivo, el capitán Michelle Sánchez Manjarrez, acompañado por el capitán Víctor Galván, y el capitán Kevin Daniel Espinoza, compartió desde la aeronave, “Es una petición de apoyo que se nos hizo, para la población de Chihuahua, en la culminación del Sitio de Jericó, en un sobrevuelo de la ciudad, estamos recorriendo los puntos estratégicos de la ciudad con el santísimo, con un mensaje de paz y de bendición se tocan cuatro temas, acabar con la sequía, alto a la violencia, acabar con la pandemia, y por elecciones con buena participación, bien organizadas y sanas”, expresó.
Así mismo, mencionó que durante el vuelo tuvieron que sortear algunas dificultades como el calor y turbulencias, sin embargo destacó su buena disposición para participar de la bendición a la ciudad con el Santísimo.
El Sitio de Jericó fue convocado por la Arquidiócesis de Chihuahua, en el que en cada parroquia, de acuerdo a su agenda, las capacidades y posibilidades de sus feligreses, asumirán las acciones de la eucaristía, adoración, rezo del santo Rosario, reconciliación y procesión. Las actividades iniciarán el domingo 23 de mayo, con la celebración de la misa presidida por el arzobispo Constancio Miranda Weckmann en la Catedral Metropolitana de Chihuahua para concluir este sábado 29 de mayo.
La experiencia está inspirada en el pasaje bíblico en el libro de Josué, capítulo 6, en los versículos del 1 al 20, en el que se narra el asalto a la ciudad de Jericó por parte del pueblo israelita, quienes recibieron órdenes de Dios de que durante seis días rodearan la ciudad, y el séptimo día, darían siete vueltas y los sacerdotes tocarían siete trompetas delante del Arca, y al terminar, los muros de la ciudad cayeron, y así pudieron tomar Jericó.
En la experiencia de adoración y rezo de la iglesia particular de Chihuahua, las murallas a derribar son que Dios libere de la pandemia; que se destierre la cultura de la muerte, que se hace presente con las personas muertas y desaparecidas, además de mujeres y niños violentados; y para que termine la sequía y llegue el don de la lluvia, y elecciones en paz, de las que se elijan gobernantes justos que vean por los más pobres.