Cuando llueve, una de las zonas de mayor problemática en la capital es la oriente, donde las calles se convierten en una laguna, sobre todo en lo que respecta a avenidas como la Equus, ocasionando una serie de incidencias a raíz de las inundaciones.
En esta zona de la capital no se trata de fraccionamientos privados, sin embargo, también se padece dicha situación, donde ya sólo es cuestión de que comiencen a registrarse las primeras precipitaciones pluviales y los vecinos ya están conscientes que tendrán que lidiar con una serie de consecuencias.
Actualmente, pueden notarse las afectaciones en las calles donde brotaron enormes hoyos; además de la acumulación de basura arrastrada por las fuertes corrientes producto de las últimas lluvias.
Gilberto Ortiz, del Colegio de Ingenieros Civiles, explicó que en los arroyos donde no se tiene pavimento, es decir son de tierra, como es el aledaño a esta área, se van enzolvando, se va quedando material y llegan a desaparecer cuando el agua es demasiada, pues al no haber cajón del arroyo entonces el agua se comienza a ir por todos lados.
“Una vez que el agua sobrepasa ciertos límites, sólo es cuestión de esperar a que baje. Como es tanta el agua la que está cayendo y no estamos acostumbrados, debemos tener cuidado porque los tirantes o la altura de las aguas van a crecer y desbordarse”, indicó.
En este aspecto, destacó la trascendencia de la consciencia de la población a ser pacientes y no cruzar arroyos o ríos crecidos, porque el peligro no se limita cuando paran las lluvias, sino que hay que esperar algunos minutos porque las corrientes buscarán por dónde salir.
Hizo saber que hay lugares en Alburquerque y en Nuevo México donde a los vecinos se les enseña a ubicar zonas de riesgo a través del Atlas para saber cómo actuar previo y durante inundaciones, por lo que consideró que se debe hacer una cultura de protección para todos.
El ingeniero explicó que cuando una inundación alcanza aproximadamente los 30-40 centímetros o aproximadamente a la altura de la rodilla se perderán bienes patrimoniales; pero cuando rebasa el metro y medio el problema es aún mayor, porque esto quiere decir que el agua ya entró a las conexiones eléctricas.
“Detectar la gravedad de la situación y el punto donde nos encontramos, es súper importante; y cómo reaccionar”, expuso el ingeniero, quien por otro lado resaltó la trascendencia de mantener limpios los cauces.
En fraccionamientos donde habita gente de clase alta, como es el caso del fraccionamiento Ankara, pueden contar con seguros contra desastres naturales, a lo que no tienen acceso damnificados de clase baja.