Aquella mañana, mientras Sherlyn Chacón iba camino a la lechería de Liconsa, un sujeto aprovechó su breve salida y tocó la ventana del diminuto cuarto donde vivía con sus hijos. Su pequeño de nueve años, recostado en la cama con su hermana, Karen Araceli Chacón Guerra de nueve meses, la abrió para ver quién era. Enseguida el hombre preguntó por la madre y al notar que no estaba sustrajo a la bebé. Era el 21 de julio de 2021 en Santo Domingo Ajoloapan, municipio de Tecámac, Estado de México.
Años atrás, el 21 de septiembre de 2010 ocurrió un caso similar también en Tecámac. A Maribel Enciso un hombre le cortó el cuello cuando laboraba en su local de optometría y le robó a su hija, María José Monroy (Marijo), de 11 meses. En ambos casos se desconoce hasta hoy el paradero de las pequeñas y forman parte de los 67 mil 218 niñas, niños y adolescentes desaparecidos entre el 1 de diciembre de 2006 y el 24 de enero de 2022, según la base de datos del Registro Nacional de Personas Desaparecidas y No Localizadas (RNPDNO) de la Comisión Nacional de Búsqueda (CNB).
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En otras palabras, en los últimos 15 años un menor desaparece cada dos horas en México.
De acuerdo con las cifras de la CNB, del total de desaparecidos 54 mil 332 menores fueron localizados, aunque 613 de ellos sin vida. Sin embargo, existen otros 12 mil 886 de los que no se sabe su paradero.
“La desaparición de menores es principalmente para el delito de trata de personas, por ejemplo, en el caso de Marijo (se presume que) es en la modalidad de la adopción ilegal; también hemos detectado que se da la mendicidad forzada, el turismo sexual infantil con la venta de niñas. En (el caso de) los adolescentes, son levantados o enganchados por la delincuencia organizada para la venta de droga, son halcones e incluso son reclutados para seguir siendo enganchadores de otras jovencitas”, describe Elizabeth Martínez, presidenta de Familias Unidas por una Causa A. C.
La presidenta de la asociación agrega que también existen casos de desaparición que se da por parte de familiares, como es la sustracción parental: “el pleito entre padres, (donde uno) se lleva o rapta a su propio hijo para lastimar a la otra pareja”.
El Estado de México es la entidad con mayor número de niñas, niños y adolescentes de los que nada se sabe aún de su paradero, con dos mil 72 casos. Le siguen Tamaulipas, con mil 503; Nuevo León, con mil 60; Jalisco, con 836 y la Ciudad de México, con 796.
AUTORIDADES SON INDIFERENTES
La búsqueda de Marijo ha sido una batalla contra las autoridades para que hagan su trabajo de localizarla. Su madre dice que en los primeros años de la desaparición la familia sufrió violencia institucional, los revictimizaron y han tenido que cambiar de Ministerios Públicos, porque ninguno ha tenido un compromiso real para la búsqueda, a pesar de que el sujeto que robó a su hija fue detenido y se encuentra encarcelado.
“Hace como tres años que cambiamos el MP, porque estaba diciendo que la persona que está sentenciada no era la que se había robado a María José. Estaba diciendo que yo, por el trauma, me había equivocado y que no era él. Sin embargo, estaba echando a perder todo. No ha habido un compromiso real para la búsqueda de mi hija. Ahorita llevamos más de 10 años en su búsqueda y hemos dado un paso muy importante porque la Fiscalía de Unidad de Análisis y Contexto analizó el expediente, lo estudió y revisó muchos errores dentro de la carpeta.
“Hay datos que apuntan que la primera línea de investigación de María José es que es víctima de trata de personas con fines de adopción ilegal. Es un estudio que está basado en pruebas y que con eso pudimos decir a las autoridades que está viva y tiene que ser buscada y localizada”, indica su madre Maribel Enciso.
En el caso de la pequeña Karen Araceli Chacón, la atención de las autoridades tampoco ha sido efectiva. “El trato no ha sido tan bueno, no ha habido un avance en la investigación hasta ahorita”, denuncia Sherlyn Chacón, quien es madre soltera.
En el país existe la Alerta Amber y protocolos para la búsqueda de desaparecidos. Sin embargo, la falta de empatía, capacitación y sensibilidad de los funcionarios de los Ministerios Públicos y fiscalías del país es una problemática constante que impide se realicen investigaciones que ayuden a la localización de los menores.
“En México seguimos con el alto índice de menores desaparecidos y esto es una cifra que no se puede ocultar. La cifra sigue incrementándose. Aparte necesitamos personal capacitado, que haya recursos federales para los sistemas que existen de búsqueda, que se bajen los recursos y que se apliquen para el objetivo principal de ese organismo, que es justamente la búsqueda”, subraya la presidenta de Familias Unidas por una Causa.
Maribel Enciso mantiene la esperanza y continúa con su lucha para encontrar a Marijo. Al tipo que la atacó lo detuvieron un mes después de que le arrebató a su hija, pero no ha querido hablar sobre a dónde y a quién la entregó, a pesar de que en repetidas ocasiones lo visitó en el penal. “Cuando asistía (a visitarlo) únicamente bajaba la mirada y decía que ya no quería decir nada más. Simplemente no quería ya hablar”, lamenta
Sherlyn Chacón evidencia que hay dos sospechosos del robo de Karen, pero las autoridades le dicen que están en espera de que les den la orden de aprehensión.
La última foto que tomo de su hija es la que aparece en la ficha de Alerta Amber, un día antes de que se la robaran. “Me siento mal. Lo único que quiero es que me devuelvan a mi hija, se me hace muy difícil seguir y levantarme, y ver que mi hija no está conmigo”.
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