China el hombre que no baja la mirada: Xi Jinping

Carlos Siula / Corresponsal

  · viernes 27 de enero de 2017

El presidente Xi Jinping se prepara activamente para que 2017 marque una inflexión en la orientación política del régimen.

PARÍS, Francia. (OEM-Informex).- El año del gallo en elcalendario chino, que comienza el sábado próximo, se presentabajo una conjunción astral relativamente favorable para el hombrefuerte del régimen de Pekín, Xi Jinping.

La única contrariedad podría venir de un perro de fuego que seinstaló en la Casa Blanca hace una semana, dispuesto a mostrarlelos dientes y ladrar a todo los vecinos del barrio.

Desde hace años, el presidente Xi Jinping se preparaactivamente para que 2017 marque una inflexión en la orientaciónpolítica del régimen. En su concepción histórica, este añodebe representar el lanzamiento de la segunda etapa de lasprofundas transformaciones iniciadas por Deng Xiaoping en 1979 queen 38 años cambiaron la estructura del país. Como todos losdirigentes chinos, Xi piensa a largo plazo y -en ese sistema dereflexión- los proyectos que urde en actualidad demorarán una odos generaciones para operar.

Su mayor desafío consiste ahora en sacar a China de ese“capitalismo de Estado” o “capitalismo comunista” queinventó Deng para emprender una etapa de aproximación al modelode economía libre de mercado que existe en Occidente. Ese fue elsentido del discurso que pronunció en el Foro Económico de Davos,celebrando las virtudes de la globalización y el libre comercio, ydenunciando el proteccionismo. “Todo intento de parar elintercambio de capitales, tecnologías y productos (…) esimposible y a contra corriente de la historia”, dijo en una claraalusión a Donald Trump.

Lanzarse a una nueva etapa de transformación implicarámodernizar la estructura de producción, estimular el consumointerno -para sustituir la caída de las exportaciones y mejorar elnivel de vida de la población-, reducir la especulación monetariay erradicar la corrupción.

Para poder lanzarse a fondo en esa tarea hercúlea, Xi Jinpingdebe sortear el examen del Congreso del Partido Comunista (PCCh),previsto para el segundo semestre, a fin de consolidar su poder enla cúspide de la nomenklatura y obtener un nuevo mandato de cincoaños. Gracias al crecimiento de 6.7 por ciento obtenido en 2016 yel control impuesto a la salida de capitales, podrá presentar unbalance económico brillante.

No se trata de una simple formalidad. Como es habitual en laliturgia del PCCh, al llegar a la mitad de sus 10 años en el poderel hombre fuerte del régimen y su primer ministro Li Keqiang debenanunciar los nombres de los dirigentes que los sucederán a partirde 2022.

Además, Xi probablemente expondrá por primera vez lasambiciones chinas de gran potencia. Para ese momento, el régimentendrá una idea clara del tipo de relaciones que podrá mantenercon Trump.

El diálogo entre Washington y Pekín no se presenta bajo losmejores auspicios, después que Trump torpedeó algunos aspectosesenciales de la doctrina diplomática china y su futuro secretariode Estado, Rex Tillerson, usó un lenguaje marcial difícilmentedigerible por el régimen. “No se autorizará la construcción deislas artificiales y los accesos a esas islas en el Mar de ChinaMeridional”, amenazó sin tener en cuenta la nueva realidadgeopolítica.

En las últimas dos décadas, además de convertirse en lasegunda potencia económica del planeta, China modernizó sudefensa, que podría llegar a ser la primera fuerza militar delmundo en 2049, cuando se cumpla el centenario del régimeninstaurado por Mao. Esas ambiciones están sostenidas por unconglomerado militar-industrial que no tiene nada que envidiarle aEstados Unidos: 9 empresas de la industria china de defensa figuranentre las 100 más grandes del sector y dos de ellas están en eltop 10, según el instituto Sipri de Estocolmo.

El país que hace medio siglo sufrió una de las mayoreshambrunas de su historia y una Revolución Cultural que provocóentre uno y tres millones de muertos, hoy posee un arsenal demisiles balísticos continentales con ojivas nucleares, es capaz deenviar astronautas al espacio y proyecta lanzar una misión a laLuna. En 2020 consagrará a la defensa 233 mil millones dedólares, cifra que duplica el presupuesto de 2010, según larevista especializada Jane’s.

A pesar de ese poder, Pekín demostró claramente que -porahora- no tiene ninguna intención de convertirse en un actorinternacional de primer orden fuera de Asia. La creación de unarchipiélago artificial junto a las islas Spratley le permitiómarcar un territorio que considera como un área estratégica deseguridad. Pero, por el momento, no parece interesada en proyectarsu poder más allá de esa región. En esas condiciones, no seríadifícil llegar a puntos mínimos de acuerdo con Estados Unidos ysus aliados asiáticos.

La duda reside en saber si Trump podrá dialogar serenamente conXi. No interpretar adecuadamente los cambios geopolíticos que sehan producido en el mundo, puede significar un grave error porqueen 2017, cuando hablan con sus interlocutores occidentales, losdirigentes chinos no bajan la mirada.

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