Una ambulancia de la Unidad de Rescate de Gobierno del Estado (URGE) acudió al campamento sur de migrantes, donde atendieron a una mujer con una herida expuesta en el pecho, la cuál necesitaba suturas y medicamentos para evitar infección.
Karen Rivero, una migrante que se encuentra acampando desde la noche del 5 de abril al sur de la ciudad, luego de bajarse del tren cerca de la estación Tabalaopa, resultó con una herida de consideración en el pecho bajo la clavícula derecha.
La migrante contó que al bajar del tren, ya entrada la noche de ayer, varias unidades del Instituto de Migración se encontraban sobre las vías, por lo que la mayor parte de los migrantes que venían en el tren, que eran alrededor de 300 personas, fueron guiados por el miedo de ser deportados y atacaron con piedras y palos a las unidades.
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Esto llevó a los agentes a defenderse y tratar de tranquilizar a la multitud, sin embargo, migrantes que se quedaron en el campamento sobre el bulevar Juan Pablo II indicaron que más que tranquilizarlos los asustaron más, en especial porque parecía que los estaban capturando para después subirlos a los vehículos y trasladarlos a otro lugar.
Entre el ajetreo, Karen comentó que tuvo que saltar una valla con alambres de púas en lo alto y que por las prisas y empujones terminó por caer, no sin antes herirse en el cuello, así como moretones y cortadas en las piernas y brazos.
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Algunas personas en el campamento tenían gasas y otros instrumentos para limpiar, por lo que pudieron detener el sangrado y le limpiaron la herida, no obstante, el dolor para la venezolana continuaba, por lo que esta mañana pidió a sus compatriotas y compañeros migrantes que le ayudaran a pedir una ambulancia, para que paramédicos le atendieran la herida.
Hector, uno de los migrantes que arribó a la ciudad de Chihuahua durante la noche del viernes, comentó que al bajarse del tren los estaban esperando en combis, y en cuanto los vieron bajar del vagón los persiguieron con linternas.
“Nos tuvimos que tirar a un costado de las vías donde había mucha basura para escondernos”, de los 300 inmigrantes que llegaron a la capital menos de 50 extranjeros se quedaron, las personas que no fueron capturadas por el INM decidieron seguir su camino y se esparcieron por la ciudad.
El extranjero comentó que en las vías habían muchos drones del instituto resguardando las vías, lo que asustó a sus compañeros, quienes decidieron no quedarse en el campamento y seguir con su camino, esquivando a cualquier corporaciones de seguridad hasta poder llegar a la ciudad fronteriza.
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