Agresiones físicas y verbales, robos, abuso sexual y hasta quema de propiedades es lo que viven a diario los residentes de la colonia Rosario, quienes a pesar de que han interpuesto quejas y denuncias, las autoridades no actúan.
Ramón, es el nombre del sujeto de aproximadamente 40 años, que siembra el terror en los alrededores de la calle J.J. Calvo, entre 42 y 44, donde ha establecido su centro de operaciones para la venta de cristal y el resguardo del producto de sus hurtos, en una ocasión hasta de un taxi.
Las mujeres tienen miedo de salir a la tienda, ya que las sigue, acosa y violenta. Auna mujer logró abusarla sexualmente y no conforme con ello, le robó su dinero, y la amedrenta con denunciarla ante migración debido a que su estatus es irregular.
En la zona ha cometido diversos delitos, el dueño de una bodega denunció el robo de más de 300 mil pesos en herramienta, ya que el sujeto rompió los candados y sacó lo que pudo. La policía no intervino, el caso no tiene avance.
La madre de Ramón vive frente a la bodega que tiene ocupada de manera ilegal, ella solapa la mala conducta del hijo, e incluso hay dos hijos más que se encuentran en el Cereso por delitos como robo y secuestro.
Ramón vive en una construcción de dos plantas en color blanco, que ya fue tapiada con block en varias ocasiones ya que se supone es una propiedad asegurada, sin embargo en la planta alta colocó una puerta y una ventana de triplay.
Los vecinos señalan que algunas personas ingresan a esa zona para drogarse y los mantienen a la expectativa, ya que la última vez, Ramón le prendió fuego a la vivienda y dejó los tanques de gas abiertos. A la zona llegaron los bomberos e incluso uno de los elementos se lastimó a la hora de atender el llamado.
En el recorrido por la zona se puede apreciar una sala vieja afuera de la casona, y los vecinos comentan que se dio a la tarea de colocar un montículo de tierra en la calle para que nadie pasara porque ahí juegan sus sobrinos.
Relataron que incluso va a las viviendas a tocarles la puerta para amedrentarlos. El miedo se apodera de los residentes, quienes piden la intervención de las autoridades.
En la zona cruza un arroyo, en la tapia se puede observar que afuera pone sus lumbradas, Además corren aguas negras, hay llantas y mucha basura.
Los miércoles se pone un mercado-bazar en la zona y en reiteradas ocasiones ha agredido a los comerciantes, al último que agredió era una persona con discapacidad.
El pasado sábado lo vieron con una garrafa de gasolina y no durmieron con el miedo de que fuera a ocasionar un incendio mayor.