Los hermanos Manuel, Francisco y Gerardo Arzola Campos, los dos primeros asesinados en los últimos días y el tercero recién condenado a 20 años de prisión, eran conocidos como “los reyes del cristal”, pues controlaban la venta de esta droga en prácticamente toda la capital del estado, con más de un centenar de “puchadores” a su servicio.
Originarios del estado de Durango y aliados del cártel de Sinaloa, los hermanos Arzola Campos fueron enviados a la entidad para introducir a gran escala en el mercado de las drogas la metanfetamina, droga de diseño por la que han optado células de varias organizaciones criminales, por resultar más barata.
También llamados “reyes del cristal azul”, pues hace menos de cinco años esta droga se catalogaba por colores, según el bando criminal que la distribuyera, los hermanos Arzola extendieron su negocio a la venta al menudeo de cocaína para el cártel de Sinaloa, y con esa misma protección incursionaron en el robo de combustible a Petróleos Mexicanos, con la “ordeña” de ductos que atraviesan la ciudad, y en el robo de vehículos con violencia.
Datos de inteligencia del gobierno de Estados Unidos e investigaciones de la Fiscalía General del Estado identifican a los hermanos Arzola Campos como nacidos en Durango, con edades entre 28 y 40 años, hijos de Jesús José Arzola Ibarra y María del Refugio Campos Alvarado.
El mayor, apodado como “Don Meny”, lideraba el grupo en el que sus hermanos eran parte de la estructura principal de mando, pero además controlaba la capital del estado con dos brazos, en el norte Josué Otero y en el sur Héctor Murillo el Cochiloco, ambos asesinados en un palenque la noche del sábado 3 de febrero, en la salida a Cuauhtémoc.
Su grupo pertenece al cártel de Sinaloa y los encargados están vinculados con líderes en la zona serrana de la entidad, entre éstos “Los Salazar”, que controlan Chínipas y territorios de Sonora; y la familia Salgueiro, que opera en la región conocida como el “triángulo dorado” de las drogas, entre Chihuahua, Sinaloa y Durango.
La relación entre Don Meny y Noel el Flaco Salgueiro, capturado en el año 2011 y con una amplia parentela en negocios criminales, aunque ambos son de Durango no viene desde esa región, sino que se estableció en Chihuahua, cuando el primero comenzó a distribuir droga para el cártel de Sinaloa.
Se desconoce quién del cártel de Sinaloa, de Joaquín el Chapo Guzmán, preso en Estados Unidos, envió de Durango a Chihuahua a Manuel Arzola para hacer relación con Salgueiro, y posteriormente encargarse de la distribución de una todavía pobre producción de metanfetamina, negocio que tomó en sus manos con ayuda de sus hermanos.
Otro de los grupos del cártel de Sinaloa con el que presumiblemente tenía relación el de “la gente de Don Meny” de la capital, es el de Francisco Arvizu Márquez, el Jaguar, que opera en la región de Madera, en los límites de Sonora, y que mantiene una lucha con La Línea, de la que forman parte José Luis González Montes, alias el Mudo o el 32, y Carlos Arturo Quintana, alias el 80, involucrados en múltiples crímenes y enfrentamientos.
Por la relación con el grupo del Jaguar y los Salazar, los hermanos Arzola, los mayores, fueron señalados en una narcomanta colocada en un puente peatonal de La Cantera, como los responsables de dar información al Ejército y a la Procuraduría General de la República para la captura del 80. Esto jamás fue confirmado por autoridades, pero la detención se registró el 17 de mayo de 2018 y la manta, con amenazas a Don Meny y a Quico, fue encontrada la madrugada del 21 de mayo, insultándolos por haber inundado de cristal la ciudad.
Aunque no hay cifras oficiales que los tengan identificados, durante este año “la gente de Don Meny” ha sufrido más de medio centenar de bajas de narcomenudistas que tenía en las colonias, en la periferia norte y sur, en el Centro, en barrios de alta marginación donde predomina el consumo de cristal; aun con esas bajas, hasta la fecha se estima que más de 100 vendedores de droga al menudeo o “puchadores” son abastecidos con esta droga sintética bajo el control de la misma célula.
QUEDA VIGENTE UNO DE LOS HERMANOS ARZOLA
Algunas versiones apuntan que se trata en total de siete hermanos Arzola Campos, pero que sólo cuatro están vinculados a actividades ilegales y el resto se mantiene en Durango. Hasta la fecha las autoridades no tienen a todos identificados.
El apodado Don Meny Arzola, líder del grupo y principal enlace con otras organizaciones al servicio del cártel de Sinaloa, fue victimado la tarde del lunes cerca de las 16:00 horas, cuando en el estacionamiento de Suburbia y Sams del periférico De la Juventud se le emparejó una camioneta Silverado blanca, de la que bajó un sujeto armado y le disparó. El blanco del ataque alcanzó a reaccionar, originándose una balacera por unos segundos, entre el lugar del ataque y hasta la entrada de la tienda en la que intentó refugiarse, lo que dejó más de veinte casquillos de dos calibres distintos.
El agresor huyó hacia Sams presumiblemente con una herida en el hombro, pero no fue localizado por autoridades, que emprendieron un operativo de búsqueda sin éxito.
El jueves 6 de julio otro de los hermanos, Gerardo Arzola Campos, alias el Jerry, fue sentenciado a 20 años de prisión, acusado por un homicidio registrado el 17 de mayo de 2017, contra Carlos Mariscal Piña, cuyo homicidio se ha relacionado con la actividad criminal de “la gente de Don Meny”.
Jerry fue detenido el mismo día del ataque, cuya víctima quedó a bordo de una camioneta Voyager en el cruce de las avenidas Independencia y Teófilo Borunda (canal del río Chuvíscar), por agentes que le dieron alcance en las calles de la colonia Panamericana, en la Guatemala y Francisco Villa, pues tripulaba un vehículo identificado como sospechoso del crimen. Iba en compañía de Pedro Lira Puentes, condenado a 25 años de prisión, y Alberto Herrera Arzate, a quien como a Arzola el juez de juicio oral sentenció a 20 años el pasado jueves.
Lira fue acusado de ser el autor material del crimen, en tanto que Jerry y Alberto fueron considerados coautores. En su detención, menos de una hora después del homicidio, Arzola pidió a los agentes que lo detuvieron que le tomaran una llamada por teléfono a “un amigo comandante”, a lo que se negaron los elementos, a quienes amenazó de muerte, según el reporte de su detención del miércoles 17 de julio del año pasado. Los tres cuentan con antecedentes de otros delitos y forman parte del grupo de Manuel Arzola en la capital, por lo que no se descartan otras nuevas acusaciones de homicidio, adicionales al que se les imputó y por el cual fueron sentenciados.
Un día después de la sentencia de Jerry y a cuatro días del asesinato de Don Meny, el viernes a las 18:00 horas fue asesinado Francisco “Quico” Arzola, cerca del cruce de las calles República de Jamaica y Laguna de Mexicanos, en San Felipe V Etapa, en la capital del estado.
Quico estaba sujeto a proceso penal pero en libertad, pues el 15 de mayo de este año fue detenido con identificaciones falsas y cristal, por lo que fue consignado al Ministerio Público Federal y posteriormente puesto a disposición de un juez, quien lo vinculó a proceso por delito contra la salud y le permitió permanecer libre, presentándose a firmar regularmente a los juzgados federales.
Presumiblemente Arzola aportó información para la detención de Carlos Arturo Quintana el 80 para mantenerse en libertad, lo que no ha sido confirmado por autoridades, que actuaron con sigilo en Namiquipa el 17 de mayo de este año para capturar a este capo, aliado de La Línea y el cártel de Juárez, rivales en los negocios criminales de la “gente de Don Meny” y otras células del cártel de Sinaloa.
El 21 de mayo, cuando había obtenido su libertad pese a la detención días atrás, fue cuando fue amenazado en una narcomanta. Menos de dos meses después fue victimado en San Felipe, cuando junto con su hijo bajaba de una camioneta Ram blanca, en uno de dos domicilios que habitaba en la ciudad, según informes de las investigaciones preliminares que realizó la Fiscalía General del Estado.
La muerte de los dos hermanos mayores y la sentencia de 20 años dictada contra otro de ellos deja vigente y libre en el negocio, pero con una capacidad muy disminuida por la caída de otros líderes, a Héber Arzola Campos, quien se supone tiene a su cargo algunas colonias de la zona sur de la ciudad, las que están en los límites de Chihuahua y Aquiles Serdán.
De este último de los Arzola, al menos de los que se conocen hasta la fecha, también se presume que tenía encargada la relación con otras células del cártel de Sinaloa, que operan en Parral y la región sur, pero se desconocen mayores detalles.