El último día del 2020, Jesús Ángel S.T., un niño de apenas tres años de edad, murió víctima de golpes en distintas partes del cuerpo, y las primeras indagatorias señalan que el presunto homicida fue su propio padre, detenido el mismo día de los hechos por elementos de la Fiscalía General del Estado.
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Fuentes extraoficiales, informaron que la tarde del 31 de diciembre, Jesús S., padre del pequeño, se encontraba con su hijo en el domicilio que habitaban desde hace unos meses, en la colonia Fundadores, al sur de la ciudad.
Los vecinos relataron que el pequeño estaba a cargo de su padre, luego de que hacía un par de semanas su madre decidió salirse de la casa por violencia familiar.
El día del asesinato, Jesús S. había bebido alcohol, y comenzó a regañar al niño a quien maltrataba desde tiempo atrás. Después de los gritos, el hombre comenzó a golpear a su hijo, hasta dejarlo tendido en el piso. Un par de horas después, al ver que el pequeño no reaccionaba, decidió llamar a una tía del pequeño para pedirle que fuera, porque el niño “no se movía”.
Poco después de las 17:00 horas, arribó la tía de Jesús Ángel, y al no lograr que reaccionara, decidió llamar a la policía. Momentos después las unidades policiales arribaron al lugar, pero el menor ya no tenía signos vitales, y tras el relato de familiares, se procedió a buscar al presunto responsable, que fue detenido el mismo 31 de diciembre y a quien se le inició la investigación
*Conductas filicidas, van desde el uso de drogas hasta problemas laborales: investigador
A este tipo de agresiones que llegan al grado del asesinato, se les llama conductas filicidas, en las que existen varios factores exógenos y endógenos que van desde el uso y abuso de drogas, hasta problemas económicos, que impulsan a que un padre o una madre priven de la vida a un hijo, explicó el especialista en investigación criminal y delincuencia organizada, José Carlos Hernández Salazar.
Agregó que se trata de casos en los que existe una grave intolerancia a la frustración personal y social, derivados de una fuerte inmadurez sicológica por conflictos internos que van desde los problemas laborales, económicos, e incluso traición de la pareja, que lleva a cometer actos en contra de los hijos para dañar a la pareja, lo que se llama violencia vicaria.
El especialista detalló que la violencia vicaria es la acción dolosa del poder y la fuerza de carácter instrumental, intimidatoria y principalmente intrafamiliar, que para causar una coacción emocional, a una víctima primaria, se producen daños y perjuicios sobre otras personas o bienes, que tienen un alto grado afectivo para la primera, por lo que llegan a asesinar a los hijos.
Además, se trata de personas con ideas altamente suicidas donde hay serios trastornos en los roles de autoridad y voluntad, llegando a tener tintes esquizoifrénicos.
Por estudios oficiales, señaló, el 87 por ciento de los filicidios en México son cometidos por el padre y el resto por la madre. En el caso de los padres varones filicidas son mucho más violentos o sangrientos, atroces en sus actos de privación de la vida a sus hijos.
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