Por la orilla del arroyo en la calle Río San Pedro, a la altura de Río Fuerte, en la colonia Alfredo Chávez, al suroriente de la ciudad, se puede observar casi todos los días a individuos drogándose con jeringas, solventes o incluso hierba.
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A plena luz del día los adictos se inyectan, inhalan, o se preparan un “churro”, mientras caminan por las calles aledañas al arroyuelo, sin importarles que la gente los observe o ser un mal ejemplo para los niños que viven por ahí.
Ya en “pleno viaje” se suben a las azoteas de las casas y andan por encima, o llegan hasta el “puente de los indios”, cercano al asentamiento El Oasis.
Todo esto ocurre a escasos 300 metros de las caballerizas de la Policía Montada, sin que esta se dé por enterada y los drogadictos siguen tan campantes consumiendo en la calle.
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